Salud
“Las residencias deberían ser lugares para vivir, no para morir”
El director de la entidad pública de acción social Sumar, Estanis Vayreda, lamenta que hay profesionales trabajando en residencias infectadas que nocobran ni 1.000 euros al mes
El director de la entidad pública de acción social Sumar, Estanis Vayreda, cuya empresa gestiona residencias, centros de día y atención domiciliaria, ha destacado este miércoles que los geriátricos deberían ser espacios en los que las personas “vivan y no mueran”.
En una comisión en el Parlament, que se ha celebrado de forma telemática, Vayreda ha abogado por un modelo asistencial que ponga "a las personas en el centro" para que puedan tomar sus propias decisiones, como por ejemplo la hora en la que quieren levantarse, qué ropa usar o qué actividades hacer.
"Las residencias deberían ser espacios donde la gente tiene que vivir, no morir", ha subrayado.
Vayreda también ha destacado que están "sufriendo mucho" la crisis de la COVID-19, especialmente en el centro que gestionan en la localidad de Sant Hilari Sacalm (Girona), donde han fallecido veinte residentes y donde creen que el virus llegó a principios de febrero.
Otro de los geriátricos en situación crítica, ha explicado, es el de Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona), donde hay 30 ancianos infectados por coronavirus de los aproximadamente 70 que viven en el centro.
En cambio, ha asegurado que las residencias que gestionan en los municipios barceloneses de Sant Pere de Torelló y Esparreguera y en la localidad gerundense de Ribes de Fresser están "limpias de COVID-19", mientras que en la de Cassà de la Selva, en la misma provincia, tan sólo hay dos contagiados.
Por otro lado, Vayreda ha lamentado las pésimas condiciones salariales de los profesionales sociosanitarios pese a su papel crucial en el combate contra la pandemia, por lo que ha instado a la población a "reflexionar" al respecto.
"Es una vergüenza lo que se está cobrando por algunos convenios laborales. Hay profesionales entrando en viviendas de gente infectada que están cobrando 1.000 euros al mes", ha denunciado antes de exigir una mejoría en las condiciones del sector de los servicios sociales.
Por su parte, la responsable de innovación en gente mayor de Sumar, Elisenda Serra, ha alertado del "peligro de sanitarizar y medicalizar" las residencias porque, ha recordado, son "un hogar, no un hospital".
"La persona deja de vivir en su casa para vivir en una residencia, aunque tenga dependencia. La residencia no es un sitio donde un anciano vaya a pasar una semana, sino años de su vida", ha subrayado.
Ha opinado así que, incluso si los geriátricos estuvieran más medicalizados, la pandemia hubiera hecho estragos por la cantidad de personas que viven en estos centros y la facilidad de propagación del virus.
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