2.000 pantallas, en el aire por el «apagón químico»
Las grandes compañías dejarán de distribuir en breve sus copias en bobina, lo que hoy afectaría a casi la mitad del parque de salas en España
El anuncio del cierre de Alta Films, la distribuidora y exhibidora de referencia del cine independiente en nuestro país, no puede más que agravar la situación de un sector, el de las salas de cine, prácticamente condenado a su desaparición.
El anuncio del cierre de Alta Films, la distribuidora y exhibidora de referencia del cine independiente en nuestro país, no puede más que agravar la situación de un sector, el de las salas de cine, prácticamente condenado a su desaparición. Ayer, Enrique González Macho, presidente de la Academia y dueño de la cadena de cines Renoir, informó del progresivo cierre de sus salas desde las 200 iniciales hasta las 4 que sobrevivirán por el momento (Renoir Princesa, Plaza de España y Retiro, en Madrid, y Floridablanca, en Barcelona) después de que durante los últimos días echaran el cierre los de Majadahonda y Roxy-B.
Antes de final de año
Si el milagro al que hizo referencia ayer González Macho para salvar su empresa no obra también en el resto de las exhibidoras de España, la previsión es que la sangría de salas no ha hecho más que empezar. El sector, ahogado por la progresiva caída de espectadores, todavía tiene por delante uno de los mayores retos de su historia: la desaparición del celuloide. Lo que hace unos años se veía como una oportunidad para, por ejemplo, reducir costes gracias al importe inferior de las copias digitales, se ha convertido en una verdadera espada de Damocles. Según la Federación de Cines de España (FECE), el fin de la distribución de copias en 35 mm por parte de las «majors», es decir, de los estudios de cine de Hollywood, es cuestión de pocos meses. El experto en industria audiovisual Antonio Carballo, editor de la revista Cineinforme, asegura que «casi con seguridad se producirá este año». De hecho, Fox anunció en 2012 que dejaría de distribuir en celuloide en 2013.
Estela Artacho, presidenta de Fedicine, que agrupa a las principales distribuidoras norteamericanas, asegura que no existe una postura común entre los estudios a este respecto. Pero apunta otra amenaza para las salas en este sentido: «Aunque este apagón todavía tarde, lo cierto es que el último laboratorio que hace copias en celuloide en España cerrará probablemente en verano. Esto significa que a las salas les resultará muy caro hacerlas, así que la situación sigue siendo bastante difícil», añade.
Este cambio no debería suponer un problema si las salas se hubieran digitalizado, es decir, si se hubieran instalado proyectores digitales. Sin embargo, y según datos de FECE, de las 4.000 pantallas que existen en nuestro país, sólo 2.000 están digitalizadas, lo que significa que las que no lo hagan dejarán de poder proyectar películas de Hollywood. «Mi previsión, que es muy optimista, es que supondrá la desaparición de 200 pantallas y unos 150 cines de los 1.000 actuales», asegura Carballo. FECE prefiere no dar una cifra tan difícil de predecir (aunque también califica de optimista esta previsión) pero sí expone claramente la disyuntiva: «O digitalizan o cierran. Es la valoración que están haciendo los dueños de las salas ahora, porque, por cada pantalla, deberían hacer una inversión de 50.000 euros, un importe difícil de asumir, sobre todo, en la crítica situación que se hallan», dicen desde FECE.
Así, los principales afectados por el denominado «apagón fotoquímico» serían, según asegura Carballo, «los cines con una pantalla, principalmente de explotación municipal y pequeños complejos». El consejero delegado de Golem, Josetxu Moreno, apunta a que la falta de ayudas en nuestro país ha sido determinante: «En Francia, el Gobierno ha destinado a este proceso 20 millones de euros, mientras que aquí, nada. Nos lo están poniendo muy complicado; ahora casi todo se rueda en digital. Ya no son sólo las "majors". Las productoras europeas están dejando de hacer copias en 35 mm porque si sólo tienen que hacerlas para Italia, el otro país menos digitalizado, y España no les compensa», añade. En este sentido, Carballo apunta que «la mayoría de los países europeos han tenido subvenciones. Los nórdicos están digitalizados al cien por cien».
Proyección en DVD
Paradójicamente, una de las principales causas de la pérdida de espectadores en las salas, la «piratería», se podría convertir en una alternativa para muchas salas. «Es triste, pero muy probable que muchos recurran al uso de los DVD de los videoclubs para poder proyectar películas extranjeras», dice Carballo, que también carga contra la Administración:«Desde hace 5 años se ha trasladado este problema a los diferentes gobiernos. De hecho, tenía que haberlo hecho el anterior. Pero nadie hizo nada. Va a ser el segundo desastre. El primero fue del año 82 al 85, un período que, con Felipe González al frente, desaparecieron 6.000 pantallas», denuncia. FECE también apunta a la Administración: «Se trata de una queja constante, pero la atención ha sido poca. Es gravísimo».