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AK47, el fusil de asalto más letal, ahora es un láser

China reinventa este célebre arma como un fusil moderno capaz de producir terribles quemaduras a distancia. En este artículo desvelamos su historia y la polémica sobre quién lo inventó en realidad.
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  • David Solar

    David Solar

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China reinventa este célebre arma como un fusil moderno capaz de producir terribles quemaduras a distancia. En este artículo desvelamos su historia y la polémica sobre quién lo inventó en realidad.
Muchos turistas extranjeros de los que estos días visitan Moscú con ocasión del mundial de fútbol han podido contemplar en una zona céntrica un monumento un tanto chocante: sobre un pedestal de cuatro metros de altura se yergue una estatua de cinco metros que representa a un hombre maduro en cuyas manos figura un arma inconfundible: un fusil de asalto AK-47, el arma individual icónica del siglo XX, pues no en vano se han fabricado más de cien millones de este tipo de fusiles de asalto y se le atribuyen nada menos que 250.000 muertos al año. Se trata del monumento erigido en 2017 ­­­a Mijail Kaláshnikov.
Este personaje (10 de noviembre de 1919 –23 de diciembre de 2013) nacido en una familia campesina tras las turbulencias de la Revolución soviética, con una cultura elemental y cierta formación como mecánico, comenzó a trabajar a los 19 años en el depósito ferroviario del ferrocarril Turquestán-Siberia, donde dio pruebas de su ingenio reparando locomotoras. Buscando mejores oportunidades se alistó en el ejército y consiguió un destino en el arma acorazada donde pronto mostró su talento y personalidad con pequeñas innovaciones sobre medición de distancias y logrando ascender a suboficial de blindados. Ya en guerra, las enormes bajas sufridas por los tanques soviéticos frente a los panzer, le proporcionaron rápidos ascensos hasta lograr el grado de mayor. Mandando un T.34 fue gravemente herido en un brazo durante el desastre de Briansk donde, en octubre de 1941, los soviéticos perdieron 650.000 hombres, 4.200 cañones y 1250 tanques. Mijail tuvo suerte. Fue hospitalizado y curó con éxito y en su convalecencia tuvo que soportar las monsergas de sus compañeros de sala achancando sus reveses a la inferioridad del armamento de la infantería soviética respecto al de los solados de la Wehrmacht. No parece que esta fuera la realidad, pero dicen que tal descontento acicateó la imaginación de Kaláshnikov para mejorar el armamento individual del Ejército Rojo.
Autodidacta
A su salida del hospital, en 1942, siguió asistiéndole la fortuna: comenzó a trabajar en su idea en un taller de reparación de blindados, pero su ingenio llamó la atención y fue enviado al Instituto de la Aviación de Moscú, donde dispuso de muchos medios, permitiéndosele el estudio de una arma individual que mejorara lo existente. En 1944 presentó los primeros diseños de un fusil de asalto, lo que motiva que los investigadores que han buceado en su obra achaquen tal avance a la aparición en combate del mejor fusil de asalto de la Segunda Guerra Mundial, el STG 44, obra maestra de Hugo Schmeisser, que habría sido la fuente de inspiración del autodidacta inventor.
Refuerzos prodigiosos
Tras la guerra hubo una reorganización. Kaláshnikov y su equi-po fueron trasladados a Izhevsk, en los Urales, región donde Stalin había acumulado las industrias militares retiradas ante el avance alemán de 1941/42, lo cual, a costa de enormes penalidades y de la masiva ayuda estadounidense, le permitió sostener una extraordinaria producción de aviones, blindados y cañones. Para entonces, parece que los prototipos del AK no convencía a los militares soviéticos, pero siguió la fortuna del inventor y a la factoría de Izhevsk llegaron varios ingenieros alemanes apresados por las tropas soviéticas en Alemania; el más notable de ellos era Hugo Schmeisser, que llevaba inventando armas automáticas desde 1918 (subfusiles MP-18; M -28, que se fabricó en España, donde se le llamaba «Naranjero» y que utilizó la Guardia Civil hasta los años sesenta; MP-41, STG 44 y patentó en 25 años dos decenas de elementos para armas automáticas: percutores, cargadores, detonadores, seguros, cierres, cajas de cierres...). La colaboración de aquel equipo logró en dos años un arma sencilla, potente, precisa, ligera, resistente y barata. ¡Una bicoca! En 1947 superó todas las pruebas requeridas por el Ejército, de modo que recibió el nombre de Avtomat Kaláshnikov, modelo 1947, AK-47, y dos años después se convertía en el arma individual del Ejército Rojo.Mijail Kaláshnikov contaba so-lo 30 años y sobre él recayeron honores, como la Orden de Stalin de Primera clase y cargos, como «diseñador general de armas», pero sus nuevas aportaciones fueron mero detalle. En adelante su genio se eclipsó, pero su AK- 47, que ya armaba a todos los países del Pacto de Varsovia y a China, conseguiría su consagración definitiva en la Guerra de Vietnam, donde se mostró superior a la joya fabricada por la famosa factoría Colt, el M16, recién convertido en el arma reglamentaria de la infantería estadounidense.
Y siguieron ascensos hasta el generalato y honores. Aseguran los maledicentes que su genio se agostó cuando los ingenieros alemanes fueron repatriados y que las promociones eran una manera de reconocer no solo la calidad extraordinaria del AK, sino, también, disipar dudas sobre su paternidad. Sea como fuere, se calcula que los AK-47 y sus series sucesivas y las producidas en otros países, como China, superan los cien millones, existiendo en activo no menos de 35/40 millones, que constituyen el armamento reglamentario de medio centenar de países y de todos los movimientos guerrilleros y terroristas por su universalidad, solidez, fácil mantenimientos, y bajo coste.
Al parecer, el AK-47 carece de patente, por lo que ha sido o está siendo fabricado en una veintena de países. Se hacía en gran parte de del Telón de Acero (aún se construyen en Rusia, Hungría, Rumania, Polonia y Bulgaria); se fabrica en el mundo árabe (Egipto, Irak, Marruecos), en gran parte de Asia (China, Pakistán, la India, Irán, Vietnam y Corea del Norte), en antiguos países comunistas, como Albania o Serbia y, clandestinamente, en muchos otros. Sobre esta universalidad debe añadirse que forman parte de banderas, como la de Mozambique, de emblemas nacionales como Burkina Faso, Zimbabue o Timor, o de organizaciones islamistas, como Hezbolá o terroristas, como Al Fatah, en los años setenta.
La mayor confrontación del AK-47 frente al M-16 tuvo lugar en Vietnam. Mientras norteamericanos y survietnamitas utilizaban el M-16, vietcong y norvietnamita empleaban el AK-47 o el AK 56, su copia china. El M16 resultó más sensible al polvo, la suciedad, la humedad, el barro y los golpes. Los primeros en advertir las ventajas fueron los soldados americanos que no desperdiciaban la ocasión de armarse con los AK 47, como se pudo a ver en una portada de «Life», de 1967. Las nuevas versiones de ambas armas, el AK 74 y el M16A2, han mejorado a las originales, pero los expertos opinan que el Kaláshnikov sigue siendo superior.