Alagna da otra vez la espantada
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El día 25 de julio se abrirá el Festival de Bayreuth. Este año es «Lohengrin» el título elegido y debía suponer un doble debut para Roberto Alagna, en el papel y en el célebre festival. Junto a él Thielemann, Anja Harteros y Waltraud Meier. Sin embargo, un mes antes, la noticia ha vuelto a saltar: Alagna cancela su participación. Según ha declarado el tenor, sus múltiples compromisos de los últimos meses no le han permitido preparar el papel y se siente incapaz de empezar los ensayos teatrales sin saberse el texto. Espera debutar el rol en versión de concierto en un futuro próximo. Alagna ha sido protagonista en bastantes ocasiones de salidas de tono de algún tipo. En 2006 abandonó el escenario de la Scala en plena representación de «Aida» y el tenor Antonello Palombi tuvo que continuar la función en camisa y vaqueros.
Estaba previsto su regreso en 2016, tras años de castigo, pero el miedo escénico le hizo renunciar. Bayreuth es lugar problemático desde que Wolfgang Wagner entrase en decadencia y falleciese. Sin ir más lejos, en 2016, el director de escena Jonathan Messe fue despedido de «Parsifal» por diferencias irreconciliables con la dirección y, no solo él, sino que también desapareció Andris Nelsons, que debía ponerse al frente de la orquesta. En su caso por supuestas «interferencias» de Christian Thielemann. El «Anillo» de Castorf de 2013 llegó tras la renuncia de Win Wenders y, este montaje vivió también la «espantada» de Angela Denoke, quien debía hacerse cargo del papel de Brunhilda. Bayreuth ha ido perdiendo «caché» desde que Katharina Wagner sucedió a su padre Wolfgang.
Ni sus regias ni sus decisiones han supuesto algo positivo para el festival wagneriano. ¿Acaso en otros tiempos habría podido Plácido Domingo dirigir la «Walkiria»? Y, mientras tanto, Wagner se hace mejor en otros teatros. Así, estos días, el Covent Garden londinense ofrece «Lohengrin» con el citado Nelsons, David Alden como regista y Florian Vogt como protagonista. «Parsifal» sube a escena en Múnich con un extraordinario Petrenko en el foso, un muy discutido Pierre Audi como responsable escénico y un reparto de lujo con Kaufmann, Stemme, Gerhaher y Pape. Bayreuth aún no sabe con quién sustituir a Alagna.