Apocalipsis ahora
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¿Qué ocurriría si el mundo desapareciera? Lewis Dartnell aporta las claves de la supervivencia y explora cuáles han sido las raíces y el éxito de las civilizaciones
¿Se había planteado alguna vez que el cloro es uno de los mayores logros que han permitido la supervivencia de la humanidad? El mundo puede desaparecer. El impacto de un meteorito, una guerra nuclear o una pandemia incontrolable –algo que cada vez suena menos a ciencia ficción– podría arrasar con todo. Y el problema es que en las sociedades contemporáneas, el individuo ha perdido todo contacto con los procesos básicos y las elegantes premisas científicas que permiten la supervivencia. En «Abrir en caso de apocalipsis» (Debate), Lewis Dartnell, biológico especializado en la búsqueda de vida en Marte, no sólo ofrece una guía para reiniciar la civilización, sino que también profundiza sobre aquellas cosas que damos por hechas sin saber si quiera de dónde proceden.
–¿Por qué ha decido escribir este libro? ¿Ve el apocalipsis tan cerca?
–¡No! No hay razón para creer que nuestra civilización esté a punto de colapsar. Y espero que no lo haga. Pero creo que la noción del apocalipsis y pensar por un momento en la pérdida de todo lo que damos por sentado en el mundo moderno es una manera de analizar nuestra sociedad. He utilizado este libro como un experimento mental para explorar todo lo que hay detrás de los principios básicos y lo que ha permitido a la sociedad progresar a lo largo de los siglos y milenios de historia. He estado pensando sobre los conocimientos cruciales que habría que emplear si, dado el caso, hubiera que reiniciar la civilización desde cero. Todo este proyecto ha sido para satisfacer mi curiosidad.
–Entonces, más que un manual de supervivencia, ¿es para explorar las cosas básicas de nuestro día a día, esas que usted asegura que la mayoría no sabemos de dónde proceden?
–El conocimiento no es una guía de supervivencia. Hay un montón de conocimientos que ya están escritos. Pero lo que nunca había visto antes, era un libro que intentase cavar en los fundamentos de nuestro mundo moderno y preguntarse cómo funciona la sociedad en un nivel más profundo. Plantear cuáles son las razones detrás de todas las cosas que no nos planteamos dos veces hoy en día.
–¿Qué escenarios tendrían que darse para provocar el apocalipsis?
–Abordo algunos de los posibles peligros que podrían colapsar nuestra civilización, como el impacto de un asteroide, una guerra nuclear o una enorme erupción o proyección solar. Pero, desde el punto de vista de los supervivientes, lo más probable para que terminara el mundo tal como lo conocemos sería una pandemia mundial. Si un virus matara rápidamente a la mayoría de la humanidad, pero dejara el resto de cosas intactas, esto daría a los sobrevivientes el conocido como período de gracia para aprender a hacerlo todo por sí mismos de nuevo.
–Por el momento, ¿cuál es la amenaza más importante para la raza humana?
–En este mundo moderno de grandes ciudades y viajes generalizados entre los continentes con los aviones, es posible que un virus pudiera propagarse. Pero también nos enfrentamos a otros retos en los próximos años que tenemos que abordar, como el problema del calentamiento global, la acidificación de los océanos y la pérdida de la biodiversidad. Estos son problemas que estamos creando nosotros mismos.
–El problema de las abejas, que se están extinguiendo, ¿podría ser un primer signo del apocalipsis?
–Sí, la pérdida de las abejas es preocupante para la agricultura, ya que polinizan un gran número de diferentes cultivos
–En caso de apocalipsis, ¿la raza humana empezaría desde cero?
–Eso dependería de lo que desencadenase exactamente el apocalipsis. Si la mayoría de la gente murió rápidamente, entonces una gran parte de la infraestructura, recursos y materias primas permanecerían y esto beneficiaría a los supervivientes que tratarían de reconstruir la sociedad.
–¿Qué es lo primero que usted necesitaría para sobrevivir?
–Creo que una de las piezas más importantes a tener en cuenta es la teoría de los gérmenes. La razón por la que la gente enferma y contagia a su vez enfermedades es porque hay pequeñas criaturas invisibles, llamados gérmenes, que están en el interior del cuerpo. Así que hay que tener cuidado para asegurarse de que el agua potable ha sido desinfectada antes de beberla. De lo contrario, uno podría sobrevivir el apocalipsis para morir después de una enfermedad fácilmente prevenible, simplemente por beber agua infectada. La forma más sencilla de desinfección es hervirla, pero esto consume combustible. Así que, en su lugar, se puede desinfectar químicamente el agua mediante el uso de lejía –siempre y cuando se diluya lo suficiente–. El uso de cloro para desinfectarla es uno de los mayores progresos que permitieron el mundo moderno.
–Cuando hablamos de los mayores descubrimientos de la humanidad, ¿el fuego, por ejemplo, llega a ser más importante que la tecnología?
–El fuego es, sin duda, muy importante, incluso hoy. Somos tan dependientes del fuego como una familia de la edad de piedra acurrucada alrededor de una fogata. En nuestra sociedad moderna, no lo vemos en las escenas cotidianas, pero está en las fábricas y centrales eléctricas. Utilizamos el fuego para protegernos del frío y cocinar, pero también para excavar la tierra y transformar todas las sustancias que cogemos en los materiales más útiles de la historia, como los ladrillos que empleamos para construir nuestros hogares. También utilizamos el fuego para obtener el metal de las rocas. Y hoy en día utilizamos las altas temperaturas producidas por el fuego para la creación de fertilizantes artificiales que alimentan a cerca de un tercio de la población mundial.
–¿Cómo planificaría la primera semana como superviviente del apocalipsis?
–En mi primera semana después de sobrevivir al fin del mundo, tal como lo conocemos, probablemente me iría directamente a la tienda de lujo más cercana y disfrutaría de todos los pasteles que hubiera antes de que se acabaran... (risas).
–¿Qué tipo de personas pueden sobrevivir a un apocalipsis y cuáles morirían?
–Al igual que con cualquier desastre –como un terremoto o un tornado– sería importante mantener la calma, no entrar en pánico y ser ingenioso para fabricar lo que uno necesita. Y, por supuesto, el trabajo en equipo, cuidarse el uno al otro. La humanidad es una especie de cooperativa y nuestras civilizaciones se construyen a partir de personas que trabajan juntas.
–¿La ley es, por tanto, lo más importante a respetar en caso de apocalipsis?
–Seguro. Si la civilización colapsa alguna vez, la ley y el orden desaparecerán con la Policía. Algunas personas probablemente se aprovecharían de esta situación y aplicaría la ley del más fuerte. No hay más que ver la anarquía y los saqueos que se producen después de desastres naturales. Pero no creo que eso permaneciera mucho tiempo. Alguien tomaría el control y la sociedad comenzaría de nuevo.
–¿Pero cómo se puede evitar un escenario como el del filme «Mad Max»?
–El escenario en «Mad Max» era que el combustible se agotó y la civilización se derrumbó como resultado. Pero ninguna de las personas murió en el acto, así que había una intensa competencia por conseguir los recursos restantes. Para el experimento en este libro planteo la situación contraria. La mayoría de la gente muere de repente, por lo que los supervivientes tienen acceso a los recursos sobrantes mientras trabajan la manera de hacer las cosas por sí mismos. Pero si uno se encuentra en una situación de «Mad Max», lo único que puede hacer es tratar de asociarse con un grupo cooperativo de personas.
–¿Cuánto tiempo le queda a la Tierra antes su extinción?
–Bueno, la Tierra, sin duda, se extinguirá dentro de unos, aproximadamente, cinco mil millones de años, cuando nuestro Sol se convierta en una estrella gigante roja y evapore los océanos. Pero la humanidad habrá desaparecido para entonces.