Adrian Biddell: «Sorolla es eficiente para el mercado»
Experto de Sotheby's en pintura del XIX. «Pintó mucho y muy bueno, por eso hay tanto disponible», asegura este perito del español
Sorolla es un valor seguro. Los seguidores de su pincelada y sus temáticas –las archiconocidas marinas, los retratos vaporosos, el costumbrismo amable y luminoso...– son legión. La exposición que inaugura hoy la Fundación Mapfre, «Sorolla y Estados Unidos», está llamada a ser un éxito de público. Con motivo de esta cita, LA RAZÓN habla con Adrian Biddell, experto en pintura del XIX de la casa londinense de subastas Sotheby's. En los últimos 25 años, Sotheby's ha firmado 20 récords mundiales de venta de Sorolla y ha gestionado la mitad de cuanto se vende del artista valenciano.
–No hay exposición de Sorolla que no sea un éxito de público. ¿A qué se debe esta devoción por su obra?
–El factor principal es la luz de Sorolla, su toque único, y su temática, muy fácil de entender. Pintaba en la tradición de los artistas que hacían realismo social, como Courbet, pero luego desarrolló un estilo absolutamente propio que se identifica muy fácilmente. Es uno de los primeros artistas en pintar la vida sencilla en la playa. Boudin o Monet, por ejemplo, retrataban a la clase social alta en la playa, mientras que Sorolla pintó a la gente ordinaria: pescadores, mujeres, niños... Otra cosa fundamental para su éxito actual es que cuando nosotros vemos la playa ahora la vemos como la pintó él, la asociamos. Eso es muy expresivo.
–La exposición de Mapfre explora su fulgurante paso por Estados Unidos. Un éxito que sigue vigente. Los americanos adoraban y adoran aún a Sorolla.
–Él fue afortunado porque muchos pintores americanos y coleccionistas como Ryan y Huntington se fijaron en él. Tuvo la suerte de tener mucho éxito en Europa pero también en América: como los Beatles. Las colecciones de la Hispanic Society dieron a conocer su trabajo y lo pusieron inmediatamente en el mercado. A ello se une hoy en día el hecho de que no ves en Sorolla una obra que no esté bien terminada o no tenga todos los elementos que se requieren, así que sigue habiendo mucho coleccionismo importante americano que lo tiene como objetivo. Otra razón de su éxito es que creció en un estudio fotográfico y pasó del academicismo a una visión moderna, influenciada por su conocimiento fotográfico. Sus obras tienen un encuadre maravilloso.
–La faceta comercial no le va a la zaga a la museística. Sorolla se vende solo...
–Así es. Los coleccionistas privados siguen buscando buenos ejemplos de su trabajo. Es importante saber que fue un pintor que pintó mucho y de muy buena calidad. Por tanto, hay mucho disponible y, además, muy bueno. Es un pintor muy eficiente para el mercado.
–La de Sotheby's con Sorolla es prácticamente una historia de amor, en la que usted tiene mucho que ver...
–Hace 15 años empezamos en Londres está andadura con Sorolla. Hicimos una subasta temática y sentimos que fue un momento muy oportuno. Cuando empezamos, Sorolla dominaba el mercado español, y a raíz de las ventas y los récords hemos confirmado que sigue siendo el gran artistas del XIX, no sólo español, sino francés, italiano, sueco o austriaco. Es el que más precio alcanza. Eso, unido a su gran producción, hace que siempre esté vigente. Nosotros tenemos una posición muy fuerte en el mercado en cuanto a su obra. Tenemos 20 récords mundiales de Sorolla en Sotheby's Londres. Y en los últimos años, hemos vendido 70 sólo en Londres, la mayor cifra de cualquier autor.
–Más allá del pintor valenciano, ¿qué se respira de cara a los próximos meses en el mercado del XIX?
–Hay muy buenas piezas en el mercado, que siguen saliendo; tendremos precios muy buenos para los artistas «top», mientras que el mercado medio se mantiene más estable. Hay una polarización. El mercado medio-bajo sigue remontando tras el «crac» financiero y cultural de 2008.
«Flag 1983», un noviembre dulce
Sotheby's subastará en noviembre de este año en su sede de Nueva York una pieza icónica llamada a reventar los pronósticos. La obra «Flag 1983», del americano Jasper Johns, está valorada entre 15 y 20 millones de dólares y puede convertirse en una de las grandes pujas de 2014. La pieza de seda y lienzo mide 29,5 x 44,4 centímetros y representa la bandera norteamericana con sólo 48 estrellas frente a las 50 actuales, fruto de la unión de Alaska y Hawái. La casa de subastas reclama dinero en efectivo para la adquisición y no contempla préstamos o garantías para facilitar la venta.