Arco, salen las cuentas
La feria cierra sus puertas con buenas ventas, positiva respuesta del público y la sensación general de haber hecho bien los deberes. Mas de 100.000 personas han visitado una edición conservadora y de gran calidad
La feria cierra sus puertas con buenas ventas, positiva respuesta del público y la sensación general de haber hecho bien los deberes. Mas de 100.000 personas han visitado una edición conservadora y de gran calidad
La elección de la imagen que acompaña a esta información es premeditada. «Este es un lugar seguro», reza la frase en neón de la obra de Priscilla Monge que ha colgado en el estand de Luis Adelantado, una de las galerías señeras de la feria de arte. Todo apunta a que en esta 35 edición que su director, Carlos Urroz, auguró que sería «irrepetible y única», los buenos pronósticos se han confirmado. Aunque bien es verdad que cada galerista habla de la feria según le ha ido en ella (y no podía ser de otra manera) el sentir general ayer era de optimismo y de consolidación de una situación que ya apuntaba el año pasado. «El nivel de ARCO ha aumentado muchísimo respecto a ediciones anteriores, lo que nos coloca en otro nivel de las ferias internacionales de arte contemporáneo», declaraba ufano el director. El trabajo de meses ha dado sus frutos y costaba lo suyo deambular por unos pasillos bien cargados de público. Este año, como ninguno de los anteriores, hay datos de ventas, aunque el número de visitantes ha sobrepasado los 100.000.
- Pulgar hacia arriba
Han sido para Urroz seis años de intenso esfuerzo hasta llegar a esta edición. Aterrizó en un momento en que la feria zozobraba y era necesario remangarse y achicar agua. A ello se sumaba una situación económica maltrecha y poca intención por parte de los compradores de rascarse los bolsillos, aunque los grandes coleccionistas no han abandonado la feria incluso en los peores momentos. La valoración positiva ha sido, pues, generalizada. Desde la canaria Leyendecker remarcaban que ha sido esta la edición mejor de todas en las que han participado (que son unas cuantas): «Hemos vendido mucho y todos los días, especialmente con operaciones de coleccionistas portugueses. Por eso vemos con muy buenos ojos ARCOLisboa». La belga Zeno X compartía este sentir y se apuntaba al año que viene «porque hemos venido bastante». Para Helga de Alvear este también ha sido un buen año. La veterana galerista ha vendido y ha comprado para su museo extremeño de uno de los artistas cuyo nombre más se ha repetido estos días, Dan Vho, así como de un clásico como José Guerrero, de quien se ha llevado un impresionante lienzo de Cayón. Ya dijimos que el Museo Reina Sofía se había hecho con 19 obras, una abultada compra, el mismo número que DKV Seguros, que ha apostado por siete galerías. En Fernández Brasso, que han traido a Saura y Miquel Navarro, también están satisfechos: «Nos ha ido bien, parecido al año pasado. En el mundo del arte continúan las buenas perspectivas», comenta David. Juana de Aizpuru colocaba puntos rojos en bastantes de las piezas, mientras que Javier López & Fer Francés apostaron sobre seguro por Pilar Alabarracín y Manuel León, que ya el año pasado les dio tantas satisfacciones.
Entre las galerías portuguesas dicen que «la recuperación ya se empieza a notar de verdad», una tendencia que desean hacer suya en la primera edición de ARCOLisboa, que se celebrará a finales de mayo. Es cierto que en los pasillos se escuchaba hablar el idioma de Camoens más que otros años. La veterana Filomena Soares corroboraba este extremo y hablaba de un nivel y una calidad estupendos, lo mismo que apuntaba Mario Sequeira, un punto de referencia en el arte contemporáneo. Thomas Schulte, otro de los grandes, respondía con un «objetivo cumplido», y añadía que ha sido una edición muy buena». En Casas Riegner ya están pensando en el año que viene. No van a fallar. La madrileña Espacio Mínimo, un clásico, también se felicitaba por la mejoría y destacaba «el buen arranque de este año». También ha sido una buena feria para Elvira González, Kurimanzutto o Lisson. Misión cumplida.
El presente y el futuro, en latinoamérica
Que el arte mira hacia Latinoamérica no es ningún descubrimiento. De ahí que las galerías que habían cruzado el charco para estar en Madrid hayan echado el resto. Las propuestas más arriesgadas quizá hayan venido de ahí precisamente, artistas con una enorme conciencia social y que reflejan lo que se cuece en países marcados, lagunos de ellos, por graves problemas de violencia y corrupción. En 2017 Argentina será el invitado de honor. Este año han sido nueve las que han estado presentes (y en total 46 iberoamericanas de 10 países).