El sector del arte insiste: mecenas con menos impuestos

El mundo del arte en España vive entre dos debates. Uno abstracto, que es su contribución al patrimonio nacional y al atractivo y buen nombre del país. Y el otro es concreto, aunque complejo. Una cuestión de porcentajes: ¿cuántos impuestos deben pagar quienes adquieran obras de arte? En el fondo, ambas son caras de la misma moneda, como señalaba ayer la Fundación Arte y Mecenazgo, y se trata de «tener en cuenta la conexión entre lo privado y lo público», es decir, que en un altísimo porcentaje de los casos, las colecciones privadas de arte pasan, con el tiempo, a ser del Estado. Sin embargo, lo único que parece claro es que el sector público y el privado no están ni siquiera cerca de encontrar el equilibrio.

«En una situación económica de recesión, el apoyo a la cultura por parte del sector privado es esencial y debe suplir las carencias del sector público», señaló ayer Leopoldo Rodés, presidente de la Fundación impulsada por La Caixa, que presentó ayer una propuesta de ley de mecenazgo que contribuya al debate sobre un texto, prometido por el Gobierno, pero del que no se conoce nada.

Según sus promotores, este borrador estaría aglutinando las reclamaciones de todo el sector (galeristas, artistas, casas de subastas, coleccionistas, museos...), que se articularían en tres ramas. Según explicó Mercedes Basso, la primera busca que se abra el abanico de instituciones que puedan acogerse al régimen de mecenazgo, aún por definirse. La segunda, actualizar la normativa sobre patrimonio histórico, y la tercera, a «mejorar la situación tributaria». En la práctica, el texto, técnico y prolijo, habla sólo de impuestos.

La abogada especialista en regulación y tributación del arte, Eva Lasunción, señaló que los impuestos indirectos sobre la venta de arte deben volver, «como mínimo, a la situación anterior», ya que el 21 por ciento que se aplica desde 2012 es «ilógico» y coloca a España en «imposibilidad de competir» contra países del entorno. «En la última edición de Arco, se podían ver dos obras del mismo artista en galerías contiguas con un 15 por ciento de diferencia. Y muchos galeristas nos han contado las dificultades que tienen para cerrar operaciones», señaló Lasunción, que aseguró que las subidas o bajadas de impuestos afectan a un mercado de apenas 300 millones de euros, de los más pequeños de Europa y que Francisco Calvo Serraller definió como «frágil, casi raquítico e inestable».

Ayer la posición oficial era de «moderado pesimismo» (en privado son abiertamente pesimistas), más aún después de que recientemente el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, asegurase en el Museo del Prado que «el mecenas no debe esperar nada a cambio», aludiendo a esos incentivos fiscales. En el Ministerio de Hacienda tampoco parecen estar más abiertos a esas reclamaciones, a pesar de que algunos de los presentes ayer defendieron que la bajada de impuestos favorece la actividad «no sumergida» y que una medida similar en Francia permitió una gran subida de lo recaudado. «Muchos de nuestros artistas, como Juan Muñoz, Miquel Barceló o Cristina Iglesias, han triunfado en el extranjero ''a pesar'' de España y no ''gracias'' a España. Muchos se enfrentan a una dificultad insalvable», dijo Calvo Serraller. Ésta es sólo la primera fase. «Con los datos en la mano y con nuestra propuesta ya nos hemos dirigido al Ministerio de Cultura», dijo Basso. Ahora empieza la segunda fase, que es la de negociar. Esperemos que no se llegue a la tercera.

Aunque la propuesta de ley habla sobre todo de impuestos, éstos hacen referencia a muchos ámbitos. Uno de los que más preocupan a sus promotores son las organizaciones sin ánimo de lucro y los convenios internacionales. Como el que ayer anunciaron la Fundación Gulbenkian y La Caixa, que incluirá una exposición de arte contemporáneo con sus fondos conjuntos que se inaugurará en 2015.