Museo del Prado

Goya: todo lo que queda por descubrir

Expertos aseguran que saldrán a la luz nuevas obras del maestro al ser heredadas por generaciones menos interesadas en el arte

«La Virgen entre San Joaquín y Santa Ana», uno de los más recientes cuadros atribuidos a Goya y publicados por Ars Magazine
«La Virgen entre San Joaquín y Santa Ana», uno de los más recientes cuadros atribuidos a Goya y publicados por Ars Magazinelarazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@713eb963

Aunque Alcalá Subastas declina hablar sobre el hallazgo de dos nuevos lienzos de Goya revelado ayer por este diario, los expertos en la obra del maestro consultados no han mostrado su extrañeza sobre dicha aparición. «Todavía pueden aparecer más, sobre todo, de la primera etapa. Goya pintó muchísimo; se entrenaba con cuadros pequeños que servían de boceto para mostrar a los futuros compradores», explica un restaurador del genio de Fuendetodos. De hecho, en unos meses se celebrará un congresos de expertos de Goya en el Museo del Louvre que pretende arrojar luz sobre, principalmente, los periodos zaragozano e italiano.

De lo que no cabe duda es de que estos dos cuadros inéditos se quedarán en España. Al atribuirse la autoría, el dueño no puede sacarlos del país. De hacerlo, el Estado le obligaría a traerlos de vuelta para su depósito en El Prado y, probablemente, sería sancionado con una multa. Esto se debe a un cambio en la ley de Patrimonio, ya que hace años, si no la obra no alcanzaba un precio mínimo en una subasta en España, el dueño podría venderlo fuera. Ahora, en caso de que desee venderlos, deberá hacerlo en una casa de subastas española y, después, su comprador tampoco podrá llevarlos a otro país. «Lo más normal es que se califiquen de inexportables. En una subasta, El Prado tendría derecho de retracto, aunque ya tienen suficientes cuadros de Goya», confirma un experto.

Demanda de clásicos

En todo caso, especialistas explican que no es habitual en la actualidad que los coleccionistas privados saquen a la venta cuadros importantes. «Quieren conservarlos. No suele ser hasta la segunda o tercera generación de herederos cuando se deshacen de ellos, bien por falta de interés en el arte o por ignorar su valor», dice el restaurador. No obstante, son precisamente este tipo de cuadros los más demandados en tiempos de crisis. «Comprar Goya, Ribera, Murillo, Picasso o Dalí es una inversión. El arte contemporáneo y la pintura de carácter decorativo baja, mientras que el realismo se cotiza más», añade.

Sin duda, los religiosos no son los motivos de los cuadros más célebres de Goya. Los hallados en Madrid hace escasas semanas, pertenecen a esta época y sus motivos, como vimos, son religiosos. En un caso, el genio recreó la escena de la huida de Belén, un lienzo en el que se puede ver a la Virgen María con el niño Jesús en brazos sobre el burro que guía San José, en un segundo plano. En el otro, la escena tiene lugar delante de un altar en el que está a punto de ser apuñalado un religioso ante la desolación de varias personas y la mirada desde lo alto de dos querubines sobre una nube. Ambos son de pequeño tamaño, como la mayoría de los que El Prado tiene de temática religiosa, y podrían estar fechados a finales del siglo XVIII.

Sin embargo, la trascendencia de estas pinturas en el contexto de su obra no es menor: «Son bastante importantes. Pinturas como las que lucen en la ermita de San Antonio de la Florida o los tres cuadros del convento de Santa Ana en Valladolid son de una altísima calidad y bastante bonitas», añade el especialista. Sobre el estado de conservación en el que se suelen hallar estas obras, el restaurador asegura que, por lo general, es bueno, aunque se lamenta de que «algunas habrán desaparecido en las sucesivas guerras. Pero se encontrarán todavía más», sentencia.

RUBENS: DISCORDIA ENTRE EXPERTOS

La autoría de una pintura anónima del siglo XVIII hallada en los fondos del Palacio Real de Madrid fue motivo ayer de controversia. El profesor Matías Díaz Padrón, antiguo conservador de pintura flamenca en el Museo del Prado, aseguró a Europa Press que el lienzo en cuestión era obra de Rubens y Gaspar de Crayer. Sin embargo, según Efe, Patrimonio Nacional tiene catalogada la pintura «El rapto de las Sabinas» (un detalle en la imagen) como un anónimo del siglo XVIII y no ha recibido ningún estudio o publicación sobre una posible atribución a Rubens de esta obra.

«La lechera» polémica.

Además de las dudas que suscitó la autoría de «El coloso», al que finalmente hubo que quitarle la de Goya, otro de los cuadros que más debates ha originado es el de «La lechera de Burdeos». La experta en el maestro Juliet Wilson lo puso en duda hace años, y la jefa de conservación de pintura del siglo XVIII y Goya del Prado, Manuela Mena, tampoco lo descartó. De hecho, ambas defendían que era obra de la ahijada del pintor, Rosarito Weiss. Sin embargo, otro experto, Nigel Glendinning desarrolló una defensa enfervorizada de la autoría de Goya.