«Barrio Sésamo»: Epi, Blas y los colegas de la generación EGB
El programa más longevo de la televisión infantil fue también un éxito en España
El programa más longevo de la televisión infantil fue también un éxito en España.
En 1955, el marionetista Jim Henson creó las primeras marionetas que conformarían el universo televisivo de «The Muppets». Sin hilos ni alambres como los porritos de guante, consiguió dotarlos de una movilidad y expresividad hasta entonces inédita. Rompía con la tradición del escenario teatral de «Pinocho» y «Lili» (1953), dos éxitos que reverdecieron el teatro de marionetas en el cine, y combinó el guiñol con la pedagogía. Nada de payasadas que acababan a cachiporrazos. Seguían la línea de las comedias de situación como un vehículo novedoso capaz de enseñar cosas básicas a niños de cuatro a doce años.
El éxito del titiritero Jim Henson con «The Muppets» en 1955, su primer programa, se refrendó con el éxito mundial en 1969 con «Sesame Street», bautizado en España como «Barrio Sésamo», que cambió para siempre el ingenuo teatro de porritos para adaptarlo a niños y adultos con un nuevo enfoque cultural: enseñar aspectos básicos como los números, los conceptos espaciales, la seguridad vial y la higiene.
«Barrio Sésamo» nació con el espíritu hippie contracultural tras el «verano del amor»: educa bien a tus hijos, ama a tu prójimo y respeta al diferente. Una forma de afianzar los valores positivos de la amistad y el amor al prójimo de distintas razas y colores. En España, «Barrio Sésamo» era un programa local en el que se mezclaban traducciones de los «sketches» originales con teatralizaciones realizadas en TVE con la Gallina Caponata, dentro de la cual estaba la actriz Emma Cohen, y el caracol verde Perezgil, interpretado por Jesús Alcaide, como presentadores.
Epi y Blas, los triunfadores
La enorme gallina Caponata («Big Bird») o Paco Pico en versiones posteriores era tan simplona que no conocía el mecanismo de un botijo. Pero los grandes triunfadores fueron la pareja Epi y Blas, dos marionetas que convivían en su propio hogar como una extraña pareja, y que protagonizaron las escenas más celebradas por los niños de los años 70 y 80. ¿Quién no recuerda las escenas en las que Epi y Blas enseñan qué es dentro y fuera, arriba y abajo, cerca y lejos? Lo mismo que hacía Coco subiendo y bajando una escalera hasta perder el fuelle.
Enseñar deleitando era la premisa de Jim Henson, un titiritero largo y barbudo que revolucionó con sus marionetas la televisión educativa. Los personajes se iban creando según la franja de edad y dificultad de los niños para asimilar enseñanzas básicas.
Destacaban Triqui, «el monstruo come galletas», la rana Gustavo, un reportero inquieto y nervioso, y el monstruo peludo azul Coco, empeñado en enseñar a los niños de forma un tanto histérica los oficios más atrabiliarios o los días de la semana.
Gustavo enseñaba a utilizar el teléfono a personajes tontos que actúan de la forma más absurda. Estaba enamorado de uno los personajes emblemáticos de los Teleñecos: la cerdito rubia Miss Peggy. Ella sueña con el estrellato y se come a besos a Gustavo o le riñe sin motivo. Detrás de la cerdita estaba Frank Oz, que hizo de este personaje secundario una de las estrellas rutilantes de los Teleñecos. Miss Peggy escribió libros que alcanzaron los primeros puestos en el «New York Times» y fue la invitada especial en el «Show de Dolly Parton», a quien trató de robarle el show. Dolly Parton, enfadada, la amenazó con comérsela en un sandwich de jamón York. Finalmente, el conde Draco, un vampiro que disfruta de la luz y sueña con enseñar nociones básicas de la aritmética: contar, sumar y calcular, y cada vez que cuenta se escucha una carcajada y truenos y relámpagos en su cabeza. «Barrio Sésamo» fue el programa más longevo de la tele infantil: 4.378 episodios y 37 temporadas.