Lisboa

Camané: «Cuando escuché a Sobral le escribí: “vas a ganar”»

Estará en Madrid para el Festival de Fado, donde interpretará por primera vez temas de su próximo álbum, que sale a la venta en julio

Camané
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Estará en Madrid para el Festival de Fado, donde interpretará por primera vez temas de su próximo álbum, que sale a la venta en julio.

Camané es tímido. Como buen portugués, también muy educado y habla casi en susurros. Sin embargo, cuando se sube al escenario se transforma: emana fuerza y seguridad. Por eso tiene un público fiel en España al que visita al menos una vez al año desde hace siete. En esta ocasión será como parte del Festival de Fado de Madrid, que se celebrará del 30 de junio al 2 de julio en los Teatros del Canal y en el que participan también Raquel Tavares y Gisela João.

–Este certamen, que ahora está en una decena de países, nació en Madrid. ¿De dónde cree que viene esa afinidad de los españoles con el fado?

–Se está produciendo un encuentro muy importante entre la música de ambos países. En Portugal se escucha bastante la música popular de España y el flamenco, y pienso que en los últimos diez años los españoles han comenzado a escuchar también la nuestra.

–Se trata de dos géneros bastante diferentes, ¿tienen puntos de encuentro?

–Poseen características de canto distintas, pero ambos son formas de expresar la cultura, la vida y los sentimientos de modos muy característicos. El fado es una música más urbana, mientras que el flamenco es más del campo.

–¿Qué le pareció el triunfo de Sobral en Eurovisión?

–Me alegró mucho. Salvador asistió a uno de mis conciertos en Lisboa. Cuando escuché la canción le mandé un mensaje que decía: «Creo que vas a ganar». Yo estaba en Taiwán por un actuación, no podía dormir por el cambio de horario y escuché su tema al menos diez veces. Entonces le escribí por WhatsApp (se pone las gafas, saca el móvil y lee el mensaje en voz alta): «No sentía esta emoción por una canción de un festival desde Paulo de Carvalho. Muchas felicidades. Adoro oírte cantar». Cuando venció, estaba en Nueva York y también le escribí: «No tengo palabras». Además, el Benfica, mi club de fútbol, ganó este año y Madonna estuvo en Portugal. Está siendo un buen año para el país (risas).

–Además, es el país invitado en la Feria del Libro de Madrid, ¿algún autor portugués que recomiende?

–Me gusta «El delfín», de José Cardoso Pires, y también Eça de Queirós, especialmente «La tragedia de la calle de las flores».Destacaría, además, «Memorial del convento», de Saramago. Entre los poetas, Pessoa y Eugénio de Andrade.

–El organizador del festival comentaba que se necesitan nuevas voces en el fado. ¿Cree que es así?

–Sí, pero han estado sucediendo muchas cosas en los últimos años. Cuando yo comencé nadie de mi edad quería cantarlo y los jóvenes no lo escuchaban. Cuando grabé mi primer disco di solo dos conciertos en Portugal frente a veintiséis en el exterior. Ahora, en cambio, se escucha fado en todo el país, pero ha sido un camino largo y difícil. Para esta generación el trayecto es más sencillo.

–¿Qué podemos esperar el 2 de julio, día de su concierto?

–Cantaré temas de «Infinito siempre» –el álbum que lanzó en 2015– y algunos más antiguos. También habrá una sorpresa y es que mi nuevo disco saldrá más o menos a la misma vez que el concierto, por lo que voy a cantar dos o tres temas. Se trata de un pequeño homenaje al que para mí es una de las grandes referencias del fado, Alfredo Marceneiro. El álbum busca retomar el pasado, que no es pasado porque tiene una fuerza y una actualidad geniales, además de contar historias sobre cómo viven las personas.

–Seguimos relacionando el fado con la melancolía cuando es mucho más que eso...

–Esa relación es un mito. El fado cuenta historias de lo cotidiano, es una emoción contenida. Habla de los sentimientos de una forma profunda, pero no es melancólico. En mi opinión no existe la música triste, sino la que habla de tristeza. Cuando el fado es triste me hace sonreír y cuando es alegre me hace llorar.