Crítica de cine
Asesinato en La Gomera
Andrés Koppel debuta en el largo con la adaptación de «La niebla y la doncella»
Andrés Koppel debuta en el largo con la adaptación de «La niebla y la doncella».
Andrés Koppel iba para director de cine, pero los avatares de la profesión lo llevaron hacia el guión, donde despuntó junto a Fresnadillo en «Intacto» (2001). Ahora, con «La niebla y la doncella», adaptación de la novela de Lorenzo Silva, ha podido sentarse tras la cámara y la experiencia le ha resultado más compleja de lo que esperaba: «El primer largo es el primer largo y uno no sabe lo que supone hasta que empieza a dirigir. Creo que es uno de los oficios más difíciles. A mí me daba miedo el trauma del guionista, que imagina una historia con libertad absoluta, y cuando empiezas a rodar todo lo que tienes en tu cabeza es profundamente distinto. Luego te das cuenta de que una película se va escribiendo siempre, desde el guión al rodaje y el montaje. Hasta que la entregas al público».
En este policíaco, los agentes de la Guardia Civil Bevilacqua y Chamorro viajan hasta La Gomera para resolver el extraño asesinato de un joven alocado. La «omertà» de los isleños y oscuros manejos de corrupción política harán que la tarea de encontrar al culpable sea más complicada de lo que inicialmente piensan. Es una Canarias muy alejada del tópico de sol y playa. Una Gomera húmeda y hostil, la de la laurisilva y las carreteras en herradura, «un lugar muy pequeño, donde todos se conocen», matiza Koppel, natural del archipiélago. El director ha intentado que «el paisaje bellísimo no se coma la película ni se salga del estilo contenido de la misma».
Y es que no es un policíaco al uso. El desarrollo de personajes prima sobre la acción y Bevilacqua y Chamorro se alejan del tópico del detective «de pasado tormentoso, que es una cosa que no existe», según Koppel. El equipo visitó a los agentes de la UCO –la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil– para empaparse de la realidad de su día a día: «Te das cuenta de que estas personas, que son las que investigan casos como los de Yeremi o Diana Queer, son gente profundamente normal, muy naturales. Además, cuando estás con ellos sabes que estamos en buenas manos». La colaboración de la Guardia Civil, añade, ha sido fundamental para el rodaje: «Nos prestaron sus ‘‘juguetitos’’, nos asesoraron, nos cortaron carreteras...».
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