El futuro está en América (del Sur)

El cine latinoamericano triunfa en una descafeinada Mostra en la que el «gordo» que se llevó «Desde allá», del venezolano Lorenzo Vigas, contrasta con la crítica, partidaria de otras cintas

Es sospechoso que Alberto Barberà hubiera insistido, antes incluso de que arrancara esta desconcertante 72º edición de la Mostra veneciana, en que el futuro era del cine latinoamericano, y que su fuerte apuesta por películas que provenían de Argentina, Brasil, México y Venezuela era lo más destacable de un festival que se ha caracterizado por severos patinazos en su programación. Barberà llega tarde: tanto la Berlinale como San Sebastián, con su Cine en Construcción, llevan años premiando al cine del Cono Sur. El León de Oro a la venezolana «Desde allá» es a todas luces desmesurado, como lo es el premio a la mejor dirección para el Pablo Trapero de «El clan». Había unos pocos títulos –incluido «Anomalisa», que ha ganado un merecidísimo Gran Premio del Jurado– que les daban sopas con honda. Está claro que el jurado no conectó con los dos filmes-ensayo, «Francofonia» y «Heart of the Dog», que fueron muy bien recibidos por la crítica, y que tampoco sintonizó con la épica aridez de «Rabin: The Last Day», de Amos Gitai.

Si malpensamos, la conexión mexicana entre el jurado –el presidente del jurado era Alfonso Cuarón– y la película de Lorenzo Vigas –Guillermo Arriaga como mecenas y asesor de guión, Michel Franco como productor– es evidente. Habría sido interesante asomarse a las deliberaciones para comprobar si Cuarón se ha comportado como un caudillo prepotente, el palmarés ha sido una solución de consenso o Barberà ha querido dejar su impronta en él. Lo cierto es que «Desde allá» funciona como perfecto símbolo de una fórmula estética y narrativa de un cierto cine latinoamericano que está triunfando en festivales. En absoluto está exenta de interés: la sequedad de su planteamiento, que disecciona la historia de amor y dependencia entre un burgués que no se atreve a salir del armario y un «ragazzo di vita» de corte pasoliniano en el Caracas de hoy, es incómoda y perturbadora. Eso sí, le sobra cálculo y le falta alma.

Hay que aplaudir al jurado por el resto de premios. Fabrice Lucchini, que está excelente en «L’hermine» (también galardonada con la Osella al Mejor Guión: «chapeau») , nunca había recibido el reconocimiento de un festival internacional, y su excesivo, abrumador mensaje en vídeo –está rodando en Francia– durante la entrega de premios ha sido memorable. Como lo han sido las palabras de agradecimiento de Valeria Golino, que parecían tan honestas y conmovedoras como su interpretación en «Per amore vostro». La pedrea para «Frenzy», el oscuro, asfixiante alegato contra la situación política de la Turquía de Erdogan, cumple con justicia con la cuota comprometida de un palmarés que, sí o sí, tenía que aplaudir una programación copada por películas basadas en hechos reales.

León de Oro al mejor filme: "Desde allá", de Lorenzo Vigas.

León de Plata al mejor director: Pablo Trapero, por "El clan".

Gran Premio del Jurado: "Anomalisa", de Charlie Kaufman y Duke Johnson.

Copa Volpi a la mejor actriz: Valeria Golino por "Por amor vostro"

Copa Volpi al mejor actor: Fabrice Luchini por "L'hermine".

Premio Marcello Mastroianni al mejor actor joven: Abraham Attah por "Beasts of No Nation".

Premio al mejor guion: Christian Vincent por "L'hermine".

Premio especial del Jurado: "Abluka", de Emin Alper.

León del Futuro a la mejor ópera prima: "The childhood of a leader", de Brady Corbet.

Premio al mejor filme: "Free in Deed", de Jake Mahaffy.

Premio al mejor director: Brady Corbet, por "The Childhood of a Leader".

Premio especial del jurado: "Boi neon", de Gabriel Mascaro.

Premio a la mejor interpretación: Dominique Leborne, por "Tempête".

Premio al mejor cortometraje: "Belladonna", de Dubravka Turic.