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Diario de un adicto al fútbol

Marcos Carnevale dirige una comedia con una ruptura de pareja como argumento de fondo.
larazon

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Marcos Carnevale dirige una comedia con una ruptura de pareja como argumento de fondo.
Marcos Carnevale tiene claro en su nueva película, «El fútbol o yo», lo que quiere mostrar: cómo un exceso de pasión puede llevar a crear una adicción que, de no tratarla, llega a desestabilizar la vida personal y profesional de quien la padece. Adrián Suar, que da vida a Pedro, experimenta en sus propias carnes cómo una afición desmedida afecta a su relación de pareja conVerónica (Julieta Díaz), de la que llega a separarse, aunque con el tiempo se dará cuenta del desaguisado y hará un gran esfuerzo para curarse y poder salvar su matrimonio.
Para Carnevale el fútbol no es lo más importante en la vida: «desde luego que no. Creo que es una pasión popular que ha generado bastantes cosas buenas. El fútbol gracias a la tecnología ha crecido mucho mucho y hoy existe una mayor oferta, lo que es positivo para quien le gusta el fútbol». El director no considera este deporte como factor detonante para destruir una pareja: «Yo lo veo como una vía de escape que es utilizada para desconectar en momentos en que te puedes sentir agobiado por alguna situación sentimental enquistada. La ausencia de pasión, enamoramiento, exceso de tiempo de uno de los dos en casa o en el trabajo se pueden considerar como los verdaderos problemas que pueden llevar a una pareja a separarse o divorciarse. El fútbol es otra cosa».
Sí cree, no obstante, que una adicción puede tener consecuencias negativas para la persona: «Sí si la obsesión se convierte en una verdadera dependencia que pueda tener consecuencias negativas para quien la sufre. El tener una afición en sí no es malo, aunque el disfrutar de ella en exceso puede llegar a afectarte en tu vida personal y profesional». No todo está perdido, no obstante. Carnevale se muestra optimista y cree firmemente que se puede superar. ¿Cómo? «Recurriendo a grupos de ayuda, terapias múltiples para superar distintas problemáticas como la alcoholemia, ludopatía, tabaquismo o adicción al fútbol. Se trata de cambiar una conducta que se ha asentado en la vida diaria de la persona y que se puede convertir en una situación patológica de no tomar medidas a tiempo. Lo mejor es no mezclar amor y trabajo, ya que las pasiones pueden llegar a tener un recorrido corto y, si salen mal, generar malestar al tener que ver esa persona, con la que no has quedado bien, por ejemplo en el lugar de trabajo».

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