«Divergente»: El futuro depende de ella
Veronica Roth, autora de la trilogía «Divergente», y la actriz Shailene Woodley desentrañan los secretos de «Insurgente», la segunda entrega de esta saga que recauda millones en taquilla
Veronica Roth, autora de la trilogía «Divergente», y la actriz Shailene Woodley desentrañan los secretos de «Insurgente», la segunda entrega de esta saga que recauda millones en taquilla
Tiene sólo 25 años y ya ha escrito su primera trilogía, que se ha convertido en las más vendidas según la lista de «The New York Times». Ya va por la segunda adaptación a la pantalla grande del segundo libro de la saga, «Insurgente», dirigida por Robert Schwentke, que en el primer fin de semana de estreno en Estados Unidos recaudó 60 millones de dólares y barrió a «Cenicienta». Actualmente se acerca a los cien. «Divergente», la primera de la saga, hizo una taquilla mundial de 280 millones de dólares. Y es que las novelas de corte apocalíptico dirigidas a la población adolescente (y que tan bien funcionan en el cine, léase «Los juegos del hambre», «El corredor del laberinto», «El juego de Ender», han enganchado también a los adultos por su temática. En esta nueva entrega de la cadena distópica, nos topamos con un Chicago asolado y futurista, después de una guerra que acabó con casi toda la población mundial. Tras la catástrofe, el Gobierno ha dividido a los supervivientes en cinco categorías, según sus características: Verdad (honestos), Erudición (inteligentes), Cordialidad (pacíficos), Osadía (valientes) y Abnegación (generosos). ¿Y quienes no pertenecen a ninguna? Son los denominados Abandonados. «Insurgente» continúa con la lucha de Tris Prior ( Shaillene Woodley) y Cuatro (Theo James). En esta ocasión tendrán que huir para evitar ser apresados por los líderes de Erudición, a cuyo frente está la malvada Kate Winslet. Tris intentará descubrir qué es-conde su pasado y por qué sus padres arriesgaron sus vidas por ella para poder cambiar su futuro.
Veronica Roth comenzó a escribir a los once años de manera regular: «Siempre he tenido bastante imaginación y a través de la escritura he podido canalizarla. Si un día veo que no estoy por la labor y no me sale escribir ni una palabra, lo dejo estar. Procuro no agobiarme si un día no fluye. El estrés debe estar a nivel mínimo para trabajar en condiciones. Intento escribir por la mañana después de desayunar porque tengo comprobado que me prepara para un día lleno de creatividad. Sin embargo, si empiezo tarde es más difícil coger el ritmo», explica. Sus lecturas de niñez y adolescencia resultaron un buen caldo de cultivo para formarse: «He leído mucha ciencia ficción cuando era pequeña y literatura apocalíptica, aunque también me han influido mis clases de psicología, de donde provienen la mayor parte de las ideas que recojo», asegura.
La autora siente debilidad por Tris, la protagonista de esta aventura futurista a quien interpreta Shailene Woodley, una actriz a quien ya comparan, por edad, carrera y proyectos, con Jennifer Lawrence. ¿Qué le atrajo del guión de esta segunda parte? La intérprete no vacila al señalar que es la esperanza que anida en la base del filme: «Aunque la humanidad tiende a ver el futuro con pesimismo, siempre se tiene esperanza de que todo va a salir bien. La historia del mundo la escribimos día a día. La saga ‘‘Divergente’’ muestra lo que puede pasar si se toma el camino equivocado, y con ‘‘Insurgente’’ se muestra cómo el destino depende de las acciones». En su caso, el entrenamiento resultó duro, aunque la intérprete estaba en forma. Lo peor, recuerda, escalar una pared alta con una cuerda. «Cuando lo recuerdo, aún me da cierto vértigo y mi corazón late deprisa. Y eso que no había ningún peligro». Tercia Roth al asegurar que «Tris acaba teniendo pensamientos bastante pesimistas sobre la condición humana. Tiene la teoría de que no podemos hacer algo bueno durante mucho tiempo porque al cabo acabará por estropearse. Aunque si lees los libros puedes darte cuenta de que la esperanza existe y está ahí, especialmente porque la vida adolescente es el principio de muchas cosas, y debe haberla», comenta. La actualidad del filme es un hecho: «A pesar de que lo que se ve es pura ciencia ficción, resulta en cierta forma un reflejo de lo que está sucediendo en el mundo, me refiero a la tendencia a dividirnos en vez de unirnos para ayudarnos», señala la autora. Uno de los atractivos del guión para Woodley fue su carácter más oscuro: «Me pareció muy interesante al estar llena de suspense psicológico. Supuse que sería sencillo volver a este mundo porque conocíamos muy bien tanto la historia como los personajes», declara un grupo de actores con los que se estableció una buena relación, quizá porque el elemento edad resulta un fuerte aglutinante, y al que ella denomina «tribu».
Para recrear ese escenario apocalíptico el equipo se trasladó a Atlanta. Se crearon tres decorados de tamaño natural en 360 grados donde se desarrollaría la acción de Cordialidad y Erudición, además de donde se moverían los Abandonados. El departamento de vestuario trabajó duramente, pues había que vestir a 400 extras para crear el ambiente para cada una de las facciones, es decir, que se necesitaron unos 700 conjuntos completos, pero multiplicados por cinco. El maquillaje fue otra pieza clave, lo mismo que dotar a la trama de los medios de transporte adecuados. ¿Cómo se moverían los héroes de «Insurgente» rumbo a Cordialidad? La solución fue reutilizar unos vehículos militares de 25 toneladas retirados del servicio en Afganistán. Roth, que no descansa, prepara ya una nueva serie, «que va a estar formada por dos libros y va a desarrollarse en el espacio sobre un niño que establece una relación poco común con el enemigo. Está muy verde, pero ocupa actualmente todo mi tiempo».
El detalle
Un mundo hundido en la crisis
El fin del mundo es rentable. Al menos para el cine. Hay tres escenarios exprimidos por la industria, quizá, vaticinando cómo puede ser el final de la humanidad: por las fuerzas de la naturaleza (un cambio climático, un meteorito...), una transformación política que arrastre al hombre a una nueva lucha de clases o a levantarse contra una dictadura o, incluso, a pelear por su supervivencia desde la red («Matrix»).