Dos vidas opuestas

Muchas son las películas que tratan el tema de la amistad, pero muy pocas aquellas que combinan este valor con una ambientación fascinante como los Pirineos. «Viaje a Surtsey», de los directores Miguel Ángel Pérez y Javier Asenjo, llega a las carteleras para contar la historia de un par de amigos que se reencuentran después de su etapa de colegio y deciden revivir lo que fueron sus aventuras infantiles, analizada desde una dimensión menos afectiva y que pone el énfasis en el deseo de superación de los protagonistas.

Los directores están de acuerdo en que la cinta se acerca a la reflexión sobre el grado de amistad entre ambos amigos; sin embargo, no alcanza el dramatismo de otros filmes. «Hemos partidos de ciertos personajes tópicos como la mujer cabreada porque su marido se va con su amigo de la infancia, la niña mimada que consigue lo que quiere de los hombres llorando, a los que hemos dado un giro para su desarrollo», recalca Asenjo. La trama se centra en las vidas opuestas de Iñaki (Lucas Fuica) y Mateo (Raúl Fernández de Pablo), quienes van a la montaña a reencontrarse con la vida. Son acompañados por sus respectivos hijos, Irene y Bruno, con los que por cierto no se llevan muy bien. Después de mucho tiempo sin verse, los protagonistas deciden subir la cima de Otal, rememorando así viejos encuentros en los que se emborrachaban y fumaban hasta el amanecer. «Queríamos hacer algo simple y cotidiano. Una historia con personajes con los que la gente se identificara», asegura Pérez. Ambos directores dicen verse reflejados en Mateo e Iñaki: «Somos muy parecidos a ellos. Fuimos ''boy scouts'' durante nuestra juventud y hasta tenemos unos hijos con edades similares a los que aparecenen en la película», remató Asenjo.