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El niño que quería ser el espantapájaros

Un documental profundiza en el viaje artístico que hizo Michael Jackson, que pasó de niño prodigio de la Motown a hacer historia en el pop blanco con “Off The Wall”

El niño que quería ser el espantapájaros
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Un documental profundiza en el viaje artístico que hizo Michael Jackson, que pasó de niño prodigio de la Motown a hacer historia en el pop blanco con “Off The Wall”

Es la parte más agradable de recordar de la azorada vida de Michael Jackson, antes de perder el pelo afro inocente, la sonrisa encantadora y la vocecita adorable. La vocecita nunca la perdió en realidad, aunque convertida en un balbuceo, pero el pelo planchado y el pañuelo cubriéndole la cara le convirtieron en un trampantojo de sí mismo. Sin embargo, hay que verle en la portada de “Off The Wall”, rebosante de energía justo en el momento que acababa de dejar de ser un niño prodigio que se educó en los discos de la Motown y estaba a punto de elevarse como un ídolo mundial. Esa historia la relata el documental “Michael Jackson’s Journey From Motown to Off The Wall”, dirigido por Spike Lee, que se pone a la venta en España junto a la reedición de aquel gran disco. Ver la película es algo así como asistir al nacimiento de todas las posibilidades de un artista y dejar la imagen congelada, porque el final ya lo conocemos.

El documental, nutrido de un buen número de entrevistas para televisión, no se sale de los cauces pactados por el triángulo que forman el sello discográfico de la obra de Jackson (Sony), la familia (que participa en el metraje) y un director-fan del artista. Incluso el padre del clan familiar, que impuso a sus hijos una disciplina brutal, aparece brevemente en el metraje luciendo dorados en un pacto total con las buenas maneras. Y, a pesar de todo, la cinta resulta reveladora con todo el ventajismo que nos da conocer la tragedia posterior. El “rey del Pop” atiende a periodistas con su voz atiplada y la mirada perdida, y con sus palabras y las de sus compañeros de profesión se completa el retrato de un hombre marcado por un carácter obsesivo con el trabajo, tímido y ambicioso hasta el extremo, aunque de una fragilidad extrema.

En la película se narran varios hitos poco conocidos de la vida de Jackson que son muy simbólicos y marcan su evolución. El primero es cómo persiguió el sueño infantil de bailar sin parar. Jacko se había criado soñando ser Sammy Davis Jr. y también admiraba a un blanco como Fred Astaire y por supuesto que había visto cien veces “El Mago de Oz”. Pero él no quería ser Dorothy, sino el espantapájaros. Siempre albergó ese deseo en secreto y cuando supo que Sidney Lumet estaba preparando una versión del musical con un reparto integramente afroamericano (una idea bastante bizarra) persiguió el papel hasta el final. Y lo logró. La película fue un rotundo fracaso, pero la estrella del pop en ciernes alcanzaba su sueño infantil, el de ponerse en la piel de un personaje desvalido. Claro, nadie mejor que el bailarín de los tobillos de chicle para danzar como un hombre de paja. El director musical era Quincy Jones, un desconocido que daría forma al extraño dialecto de Jackson, algo que en el documental denominan “el realismo mágico del R&B”.

El rodaje de “The Wiz”, que es como se llamaba la adaptación negra del musical, dejó otro descubrimiento para el que todavía era un muchacho en Indiana. Una noche en Nueva York entró a Studio 54. “Creo que tuvio un efecto capital en su manera de entender la música que quería hacer a partir de entonces”, dice en la película Mark Ronson. Era el año 78 y en Nueva York convivían los punks con la fiebre del disco y el hip-hop daba los primeros pasos en los suburbios. Pero lo que pasaba dentro de ese mítico club le marcó profundamente. Drogas y deseo, negros y blancos, moda y baile dieron forma en la cabeza de Jacko al que será su disco para su gran estreno en solitario. Difícilmente no podía ser un éxito, con temas compuestos por Stevie Wonder, Paul McCartney y una cara completa que “era el sueño para cualquier DJ”. Jackson empezó a dar forma a esa bomba de baile que llevaba alimentando desde que era un niño, esa pelvis que desciende del linaje de Elvis y James Brown. Pero aún más, el disco contenía algunas baladas lacrimógenas como “She’s Out Of My Life”, un tema que estaba compuesto originalmente para Frank Sinatra.

“No pares hasta que lo consigas” es el título de la primera canción de “Off the wall”, una verdadera bomba, un tema irresistible. Y una declaración de intenciones. Así fue. El álbum fue un gran éxito comercial y hacia 2014 acumulaba ocho discos de platino en Estados Unidos y más de 30 millones de copias vendidas en todo el mundo, convirtiéndose en uno de los trabajos más vendidos de todos los tiempos.

El baloncesto y Kobe

El documental tiene, entre otros muchas, entrevistas con Lee Daniels, The Weeknd, Pharrell Williams, Misty Copeland, Kobe Bryant, Mark Ronson, John Legend, Questlove, Katherine Jackson, Joe Jackson, Marlon Jackson, Jackie Jackie y L.A. Reid. Todos hablan de música, que es lo suyo, pero de repente aparece Kobe Bryant hablando delante de un poster de sí mismo, para que no queden dudas. El jugador nos cuenta que “Jacko” fue una inspiración (¿quizá en el juego de pies?) para perseguir sus sueños hasta el final. Estos días, Bryant ha revelado que Jackson era un gran aficionado al baloncesto y que, en una ocasión el músico le llamó. “Pensé que era una broma. Pero en realidad quería darme un consejo: ‘’Me empezaban a criticar por ser tan introvertido y tomarme el juego siempre tan en serio y él llamó para darme ánimos y me dijo ‘No cambies por ellos, mantente concentrado’”, reveló el baloncescista, que se retira al final de esta temporada.