España en verano: Katie Holmes, blanco de la cienciología
Consigue la sentencia de divorcio pero sigue vigilada por la organización
Las dos estrellas demostraron estar muy en forma sorteando preguntas incómodas de la prensa y mostrando una gran complicidad
¿Es posible que ella no lo supiera? «No sólo tienes que complacer a tu marido, sino a toda la cúpula de la cienciología», declaraba a «Vanity Fair» Marc Headly, ex jefe del estudio de grabación que la casa principal de la organización –a la que él pertenece desde los siete años– posee en Los Ángeles. Al parecer, tanto Nicole Kidman como Penélope Cruz huyeron despavoridas de Tom Cruise cuando se dieron cuenta de que su vida ya no les pertenecía, sino que estaba constantemente controlada y vigilada por David Miscavige, el todopoderoso presidente del Religious Technology Center. Pero nadie avisó a la pobre Katie Holmes. La joven estrella de «Dawson's Creek» ha pasado por el calvario de saberse continuamente estudiada y evaluada, y no sólo en su conducta –y en la vida íntima de su matrimonio–, sino también en su apariencia: la cienciología sugiere cómo vestir, cómo maquillarse y qué peinado llevar. Así se lo recomendaron, de hecho, a la actriz iraní Nazanin Boniadi, a quien le exigieron que se quitara la ortodoncia, las mechas pelirrojas y, por supuesto, a su novio, a quien sustituyó después por Cruise. Pero Boniadi no pasó las «pruebas» para convertirse en la esposa perfecta y poco después consiguió desprenderse de los extensos tentáculos de la organización. Y si la cúpula de esta filosofía religiosa es exigente, el protagonista de «Misión Imposible» no se queda corto. Todo va unido. «No puedes hacer nada que desagrade a los cienciólogos, porque Tom Cruise se vuelve loco», contaba Headly. Algo que la joven Holmes acabó entendiendo, pero sólo tras seis años de matrimonio.