Jeff Bridges, perdido en un hotel

Este festival de San Sebastián es un poco raro y distinto a todos los existentes. La mayoría comunica los premios al mediodía, y luego, por la noche, con los invitados de gala, reparte los galardones correspondientes. Aquí, no. Lo hacen durante una ceremonia que comienza a las 9 de la noche, cuando ya los diarios casi han cerrado su primera edición. Una verdadera tontería.

La película de clausura, fuera de competición, fue “Bad Times at The Royale” (“Malos tiempos en El Royale”), de Drew Goddard, con Jeff Bridges como protagonista y el hotel que da su nombre al título como escenario. Asistimos, muy entretenidos, a las peripecias de los personajes en dicho lugar. Son pocos y hay mucha acción, dado que los espejos de las habitaciones son de cristal transparente por detrás, lo que permite ver y filmar desde un pasillo todo lo que ocurre.

Hay mucha violencia divertida, con el inconveniente de su exagerada duración, superior a las dos horas (140 minutos), lo que provoca un alargamiento innecesario del final, a lo que hay que añadir repeticiones de las acciones ya vistas con anterioridad varias veces. Es decir, se trata de no saber o desconocer cómo terminar un filme.