¡Jo, qué catering!
Nakache y Toledano se cuelan en un enlace que se va de madre en «C’est la vie».
Cuando «Intocable» no era ni siquiera un proyecto en la mente de Olivier Nakache y Eric Toledano, los por entonces aspirantes a cineastas se costeaban sus cortometrajes trabajando como técnicos de sonido o camareros en bodas. «En aquella época no se podían hacer películas con el móvil», apostilla Nakache. Tirando de memoria, de anecdotario y de las experiencias de tres jefes de catering, y pasándolo por el filtro de su cine, el dúo firma ahora «C’est la vie», una comedia coral en las que un pequeño empresario de celebraciones intenta bregar con una plantilla de incompetentes para que una boda no se le vaya de las manos.
Bacri y su pandilla
«Queríamos iluminar la figura de una serie de personas que normalmente no salen en el cine», como Max Angély, el empresario al que da vida Jean-Pierre Bacri, y toda su cuadrilla: maitres, orquesta, cocineros... «Este grupo es una radiografía de Francia, un país multicultural en el que en algún momento va a haber que sentarse a hablar y trabajar todos juntos», explica Nakache. De lo contrario, la boda (el país) amenaza con irse al garete. «Hoy en día hay un exceso de comunicación, y estamos todos conectados, pero hay personas que ni siquiera hablan entre sí», añade.
En el fondo, «C’est la vie» replica el tema principal de «Intocable»: el entendimiento entre personas diferentes, con roles alejados en la vida o el trabajo. «Hemos hecho 10 películas en total y no digo que hablemos de lo mismo siempre, pero ese es el tema que nos interesa. Lo que pasa es que después del éxito de ‘‘Intocable’’, con ‘‘Salsa’’, sentimos mucha presión. Este filme, en cambio, lo hemos hecho desde la libertad. Y estamos orgullosos de que haya funcionado bien».
Está claro que las cifras de «Intocable», la película francesa más taquillera de la historia, son ya una marca prácticamente inalcanzable. Pero Nakache y Toledano no luchan contra ese fantasma: «No buscamos repetir el éxito, pero aprovechamos la liberta que nos da. Después de ‘‘Intocable’’ se ha redefinido todo lo que hemos hecho y si estamos aquí es por esa cinta. De todos modos, no nos importa que en los carteles de las película que hagamos en el futuro, incluso dentro de 20 años, diga aquello de ‘‘De los directores de Intocable’’».