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La inmigración hacia Europa abre la Seminci

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Sesenta ediciones de este festival que comenzó como de Cine Religioso a mediados de los años cincuenta. Un festival con luces y sombras, con años nefastos, que es mejor olvidar, y años grandiosos, debidos sobre todo a la época como director de Fernando Lara, quien recibirá este año una Espiga de Oro de Honor.
Veintidós películas en la Sección Oficial, 19 de ellas a concurso. Para inaugurar, el film «Dheepan», de Jacques Audiard –Palma de Oro en la última edición del festival de Cannes–. Audiard siguió los pasos profesionales de su padre, Michel Audiard, y comenzó como guionista en este oficio. Como director, ganó una Espiga de Plata aquí en Valladolid con «Un héroe muy discreto», y en la 58º edición de esta Seminci, obtuvo una Espiga de Honor.
«Dheepan» es una magnífica película y un brillante comienzo de esta Seminci. Una historia de lo que tienen que hacer quienes huyen del conflicto bélico de Sri Lanka para escapar del horror de la guerra y tratar de rehacer sus vidas emigrando a un país europeo.
Tienen que hacer equilibrios para crear una falsa familia y construir esa nueva vida. Perfecto el desarrollo, pero asistiendo a otro tipo de violencia urbana, determinada por las bandas y la droga en Francia. Allí habrá un estallido de violencia e incluso tiempo para el amor.
Además, fuera de concurso, se presenta la española «Incidencias», de José Corbacho y Juan Cruz. Del primero recuerdo, con enorme cariño, un programa suyo televisivo llamado «Homo Zapping». Y reseñar que Juan Cruz formó parte del grupo El Terrat, debutando ambos con la simpática «tapas». Es una pena la decepción sufrida tras ver esta nueva película.
Una situación aceptable y unos espléndidos actores no pueden llevar a buen puerto las buenas intenciones: es un tren Ave que se queda detenido en medio de la nada la tarde del día de fin de año, con poquísima gente que invitan a pensar en problemas de la producción, demasiado pobretona. No se puede mantener la tensión ni la gracia con tan pocos personajes, algo que provoca que uno deje de reír muy pronto... ¿Por qué el tren no es de Adif, ni de Renfe?

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