La limpiadora que salvó al «Jefe»
Juana Acosta y Luis Callejo son una empleada y su superior en una comedia del guionista y director Sergio Barrejón donde ser de un cargo más o menos alto no es relevante.
Juana Acosta y Luis Callejo son una empleada y su superior en una comedia del guionista y director Sergio Barrejón donde ser de un cargo más o menos alto no es relevante.
Es colombiana y ha dejado a su país, a su madre y su hijo para buscar en España nuevas posibilidades y un futuro mejor. Trabaja toda la noche como limpiadora y cobra muy poco, aunque mes a mes manda dinero para el bienestar de su familia. Él es jefe de una empresa, sus empleados le odian y para él todo va bien, hasta que un día su mujer le deja, se queda sin casa y se da cuenta de que alguien lleva años robando dinero de la empresa. Y, encima, es lunes. César (Luis Callejo) se atrinchera en su despacho durante una semana rodeado de alcohol y drogas, sin rozar la ducha y con el mal genio típico de alguien que ve cómo su vida se destruye por momentos. Durante esos días conoce a Ariana (Juana Acosta), la limpiadora del turno de noche que le ayudará a hacerle ver que sus problemas no son para tanto y que la vida puede ser más fácil. «Jefe» es el debut en el largometraje del guionista Sergio Barrejón, nominado al Goya con su corto «El encargado», una comedia negra, aunque Juana Acosta la llama «dramedia, porque te entretiene, te hace pasar un buen rato pero también te hace salir del cine con algunas reflexiones». Con un reparto que se completa con Carlo D'ursi, Josean Bengoetxea, Makia Barroso y Bárbara Santa-Cruz, la cinta expone cómo las vidas de Ariana y César se entrecruzan y conectan como si el destino lo hubiese planeado, como si ella fuese un milagro que ha llegado a la vida de él para ayudarle a recuperarse. «Es una mujer que, aún teniendo circunstancias vitales complejas, sigue conservando su energía, su fortaleza, su entusiasmo, y que contrasta claramente con el desastre de César, que está pasando uno de los peores momentos de su vida», explica la actriz.
Mientras el jefe discute con su mujer a través de un mensajero contratado (Adam Jeziersky) e intenta averiguar quién es el ladrón, Ariana se va convirtiendo en su aliada. Juana Acosta explica que para comprender mejor la cabeza de su personaje «busqué a una chica que tuviera un hijo en Colombia y llevase en España más o menos el mismo tiempo que Ariana». Esa referencia fue una joven de Medellín «que me ayudó a hacer otro acento diferente y a alejar el personaje un poco de mí», confiesa, por lo que decidió marcar distancias entre su nacionalidad colombiana y la de la limpiadora y, aún teniendo circunstancias muy diferentes, «sí le pude aportar mi experiencia vital, mi entusiasmo y mi alegría», agrega.
Volver a intentarlo
Todos, alguna vez, hemos dado o recibido una segunda oportunidad, o una tercera, o una cuarta, y, cuando es la vida la que te la ofrece, más vale aprovecharla. Para Acosta, estas segundas oportunidades son fundamentales y «en el caso de la película vemos claramente cómo este hombre se destruye y después se reconstruye» con la ayuda de Ariana, reflejando que no importa que seas el jefe de una gran empresa, que tu vida tenga éxito, pues las cosas pueden complicarse, perderse y a la vez solucionarse. La actriz explica que su papel es el de «una mujer empoderada que nunca se pone por debajo de él», mientras que el de Luis Callejo «es machista sin ser consciente de ello, como muchísima gente». También podemos llamarlo machirulo, cada uno con su juicio, pero al fin y al cabo ambos personajes crean una relación encajada a la perfección, como dos piezas de un puzzle, en la que la atracción está latente y que dejará al espectador con ganas de más, una relación «obvia, incluso ambigua, que provoca curiosidad de qué puede llegar a pasar». Sin embargo, no dejará mal sabor de boca, ya que la cinta contiene una larga lista de detalles, significados y reflexiones donde cada tipo de público se verá reflejado.