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«La llamada»: música celestial

La exitosa obra de teatro llega al cine adaptada por Javier Calvo y Javier Ambrossi.
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La exitosa obra de teatro llega al cine adaptada por Javier Calvo y Javier Ambrossi.
Hace tiempo ya que los «Javis» no son unos cualquiera en el mundillo. Pero hubo una época en que, hartos de esperar su oportunidad en el teatro o el cine, Javier Calvo y Javier Ambrossi decidieron sentarse a escribir. Lo que surgió fue «La llamada», un proyecto teatral inusual (un musical sobre la vocación religiosa) que, en principio, no pensaban que pudiera dar para más que dos noches en el vestíbulo del Teatro Lara. Pero aquello derivó en un fenómeno, con más de 300.000 espectadores. Era cuestión de tiempo que el cine quisiera tomar parte en la fiesta de los «Javis». Y el productor Enrique Lavigne fue el primero en levantar el teléfono: «Se enamoró de la obra y dijo que quería hacer la película; se compró todo el ‘‘merchandising’’ y se fue», recuerda sonriendo Calvo. Y, aunque la di-rección les daba reparo, volvieron a aplicar la receta de sus personajes: «Lo hacemos y ya vemos».
«La llamada», con Macarena García, Anna Castillo y Belén Cuesta en los papeles principales, nos retrotrae al verano de 2013, el del «boom» del electrolatino. En ese contexto, dos bala perdidas aterrizan en un campamento religioso en Ávila. Allí, una de ellas, María (Macarena García), comenzará a experimentar una especie de revelación a través de las misteriosas apariciones de un Dios que le canta por Whitney Houston. «La película, como la obra, busca ser una fiesta y a la vez hacer reflexionar sobre lo importante que es respetar todas las opciones», apunta Ambrossi. Los números musicales acompañan al progreso espiritual de María.
Para los «Javis», trasladar al cine esta pieza era no ya un reto técnico sino personal: «Nos daba miedo cortar ciertas cosas que habían funcionado muy bien en teatro y, por otro lado, habíamos escuchado tantas veces el texto y lo teníamos tan claro que eso se convertía en un arma de doble filo, pues necesitamos volver a sentir lo que queríamos contar cuatro años después, porque en 2013 éramos otras personas distintas». Para Anna Castillo, «La llamada», a cuyo montaje llegó con solo 19 años, es el proyecto de su vida: «Supuso encontrar un sitio profesional y personal, una familia por un lado y por otro un personaje que me hacía feliz y que ha sido una plataforma». En el caso de Macarena García, esa connotación familiar es del todo real, ya que Javier Ambrossi es su hermano: «Esta obra nos ha cambiado a todos», resume.

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