La sombra de una duda
Olivier Masset-Depasse profundiza de nuevo en la complejidad de la psique femenina con «Instinto maternal», su nueva película protagonizada por Anne Coesens.
Olivier Masset-Depasse profundiza de nuevo en la complejidad de la psique femenina con «Instinto maternal», su nueva película protagonizada por Anne Coesens.
Con ecos del fetichismo más turbador de Hitchcock y a través de pequeñas pinceladas de un suspense que recuerda ligeramente a los primeros episodios de «Big Little Lies», el cineasta Olivier Masset-Depasse presenta una adaptación cinematográfica de la novela psicológica de Bárbara Abel, «Derrière la Haine». Depasse habla del interés por la búsqueda de una historia sobre la cara oscura del instinto maternal cuando explica el origen del proyecto y remite a las ganas de cambiar el cariz amable y positivo que mostraba sobre esta misma cuestión en cintas anteriores. «Para mí el instinto materno es como un super poder y cuando leí el libro de Bárbara, que es amiga, me di cuenta de que lo que más me llamaba la atención era esa dualidad de estilos a pesar de ser un thriller. Hay una parte muy lúdica y muy profunda del drama humano», indica.
Límites maternos
De la mano de las actrices Anne Coesens, –inspiración recurrente del director y «la única persona capaz de leerme», tal y como la describe él mismo– y la belga Veerle Baetens, el realizador construye una atmósfera asfixiante ambientada en la Bruselas de los años 60. Dos amigas, dos familias, dos niños y un solo instinto, el maternal, componen esta producción que escarba en los infiernos de una madre que acaba de perder a su hijo. Cuando Maxime muere, Céline se enfrenta a una soledad impuesta y a la ausencia de alguien que no va a volver nunca. «La relación entre una madre y un hijo es algo muy particular, muy insondable. En mi madre he llegado a ver lados positivos y lados negativos y esa complejidad me resulta fascinante», confiesa el realizador acerca de uno de los grandes interrogantes de las relaciones humanas.
Lejos de querer abanderar el concepto feminista como una etiqueta, admite identificarse como tal, pero matiza: «Es más fácil para mí como autor hablar a través de una mujer porque su filtro me permite desvelar mi lado femenino y también me permite mostrar que no somos tan diferentes entre nosotros. Entre hombres y mujeres. Yo soy un activista feminista y la mujer es mi tema predilecto a la hora de crear, no en el sentido de musa, sino en el sentido de compañera». La revisión de los límites de la maternidad que la cinta plantea supone un conflicto emocional que el propio director asegura haber experimentado en sus propias carnes: «Soy padre y hacemos lo que podemos, de la mejor manera».
El hombre que filma a las mujeres
Las mujeres de la industria del cine suelen quejarse de que la mirada femenina no está contemplada dentro de los filmes hechos por hombres. No es el caso de Olivier Masset-Depasse, que en sus dos cintas hasta la fecha ha contado historias de mujeres. En «Illégal», retrataba la peripecia de una rusa en Bélgica para no ser expulsada del país.