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Lara Croft apunta a los «millenials»

Alicia Vikander releva a la exuberante Angelina Jolie como rostro de este personaje de videojuego y presenta una protagonista desexualizada que busca a su padre perdido en una isla del Pacífico.
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Alicia Vikander releva a la exuberante Angelina Jolie como rostro de este personaje de videojuego y presenta una protagonista desexualizada que busca a su padre perdido en una isla del Pacífico.
¿Qué hace una chica como ella en un sitio como ese? Es lo que muchos pensaron al desvelarse el nombre de la nueva actriz protagonista del «reebot» de «Tomb Raider». Y no es ya que a Alicia Vikander la asociáramos solo a la femenina esposa de «La chica danesa» –por la que obtuvo el Oscar– o al cyborg etéreo de «Ex Machina», puesto que ya la habíamos visto en cintas de acción como «Jason Bourne». Sin embargo, ¿Vikander en la piel de Lara Croft? «Yo también me lo pregunté cuando me ofrecieron el papel», confiesa. Y es que el gran público asocia a «Tomb Raider» con las generosas curvas –concretemos, grandes pechos y cintura de avispa– con las que vino al mundo la protagonista inicial del videojuego en 1996 y que Angelina Jolie reflejó en sendas películas en 2001 y 2003. Aquella Lara Croft original fuertemente sexualizada (también en su relación con otros personajes) fue la primera heroína de videojuego que enganchó a los jugadores masculinos y femeninos por igual. Pero está claro que Alicia Vikander, delgada y filiforme, angelical y poco agresiva en su aspecto, no encajaba en aquel arquetipo tan «años 2000».
Una notable evolución
Pero es que Lara Croft también ha evolucionado con los tiempos. En 2013, con gran sagacidad, el desarrollador Crystal Dinamics sacó una nueva versión del videojuego en la que la aventurera perdía en curvas y ganaba en aceptación para los nuevos cánones desexualizados de la industria del espectáculo y el ocio. Lara se hacía «millenial» y Vikander encajaba ya a la perfección en el proyecto de reinicio de la saga que Warner se traía entre manos. «He estado en la compañía de videojuegos y he visto toda la evolución del personaje hasta la nueva versión –explica la intérprete–. La esencia de Lara sigue estando presente en el juego y en la película y creo que eso es importantísimo porque tiene una legión de fans, pero el personaje ha cambiado para adaptarse a los nuevos tiempos. Si preguntas hoy en día a los jóvenes qué creen que es sexy te darían una respuesta muy diferente a hace 20 años. Yo también, cuando vi por primera vez el juego, me pareció absolutamente rompedor que fuese una mujer, una heroína de acción, y eso sigue siendo bueno, pero los jóvenes ahora buscan otras cosas. Mi Lara Croft es más cercana, una chica común que vive en un barrio normal de Londres, con la que te puedes identificar».
El «Tomb Raider» de Roar Uthaug es ante todo, dice Vikander, «una vuelta al origen, a la esencia» de la saga, antes de que Lara Croft tuviera que empuñar el arco y la flecha. Allí descubrimos cómo esta joven de familia aristocrática pero que vive en Londres modestamente tras la desaparición de su padre en una isla del Pacífico sobrevive trabajando como repartidora con una bicicleta y soñando con ganar dinero para buscar a su progenitor, pues está segura de que sigue vivo. Una serie de pistas la pondrán en camino a Hong Kong, donde dará comienzo una aventura repleta de acción y arqueología.
«Ahora hay muchas películas de acción y de superheroínas protagonizadas por mujeres –asegura la actriz sueca–, pero lo que me gustó de esta cinta es que se trata de una chica normal buscando su camino en la vida. Me gusta el enfoque que le han dado los guionistas y el director». Una revisión que, dice, se desvía sin romper del todo con las dos películas protagonizadas por Angelina Jolie: «Al ver sus interpretaciones hace años en la gran pantalla me impresionó mucho esa heroína que mostraba, pero solamente acepté hacer este personaje al ver el nuevo enfoque. Son películas que tienen el mismo universo y el mismo personaje y pueden coexistir. Yo creo que la gente solo las va a comparar antes de verlas, no después».
Aunque «Tomb Raider» está pensada para un público masivo –los dos filmes previos recaudaron más de 400 millones–, Vikander y el equipo de producción es consciente de que el aval de los numerosísimos fans de la saga de videojuegos es necesario para triunfar. Una aceptación que el exitoso lanzamiento del juego en 2013 parece facilitar. «Es precisamente para y por los jugadoresque queremos hacer justicia a Lara Croft. Eso al principio era un gran peso para mí, pero estuve hablando mucho con el director y el equipo sobre la esencia del personaje y cómo mantenerla. Cuando haces una nueva película tienes la responsabilidad de no fallar a los fans, por eso buscamos un nuevo ángulo, una historia que desarrollar para sorprenderles, pero manteniendo muchas cosas reconocibles».
Menos efectos especiales
Entre esos ganchos están, desde luego, las persecuciones con aroma de videojuego aunque con menos efectos especiales que sus predecesoras, el atuendo de Indiana Jones femenina que ha hecho famosa a Lara Croft, la arqueología y la exploración, el recuerdo del padre como figura tutelar y maestro y un sinfín de ítems. Eso sí, no esperen la rotunda apariencia de la Jolie y el aire de peligro inminente de sus ojos felinos. En este caso, Lara Croft no viene con los deberes hechos de casa sino que a lo largo de la película la veremos adiestrarse y adquirir aptitudes para ser la intrépida aventurera que conocemos. De hecho, en las primeras escenas el espectador asiste a la paliza monumental que propinan a Vikander en un ring de boxeo de un gimnasio de barrio.
La secuencia no se aleja mucho de la realidad experimentada por la actriz para ponerse al día físicamente. Deporte, deporte, deporte: esa ha sido la premisa de la actriz. Deporte y dieta especial para ganar músculo: «Yo soy de constitución pequeña y tuve que prepararme mucho, pero al ser un personaje tan distinto a mí, el hecho de transformarme ayudaba a alejarme de mí misma y acercarme al personaje para darle vida. Queríamos que las escenas de acción fuesen lo más creíbles posible y que me enfrentara a las dificultades de Lara en la cinta. Así que tuve que ganar seis kilos de músculo, que se consiguen en cuatro meses de mucho trabajo y luego en cambio se pierden en pocas semanas. Tuve que comer mucho, que es algo que no sabía que me iba a tocar hacer y es muy duro. También entrené el tiro con arco, la escalada, el boxeo, la bicicleta...». Confiesa que su pasado como bailarina le ha ayudado en la disciplina y el entrenamiento, hasta el punto de que, a pesar de la dureza de la preparación, «lo he disfrutado mucho».
Y es que el mundo de la acción es nuevo para Vikander. Su experiencia en «Jason Bourne» fue más testimonial en lo físico que otra cosa. Pero en «Tomb Raider», donde la cámara no se despega de ella, tuvo que hacer frente a los retos propios de este tipo de cine. «He estado metida en todas las escenas de acción en esos 100 días de rodaje. Por ejemplo, en las secuencias del avión en el río, que fueron ocho semanas en distintas localizaciones. Me intrigaba saber cómo se hacían este tipo de trabajos y cuando ves el montaje de la película y cómo todo funciona resulta increíble». Cada escena de acción, añade, «es como una coreografía. Todo está medido hasta el más mínimo detalle, incluso la lucha más absurda y corta». En eso, asegura, también le ha servido la experiencia acumulada como bailarina en el pasado, antes de ser la mujer de Oscar y la heroína de acción que ahora es.