Las superproducciones vuelven a rodarse en España
Las infraestructuras, el clima y la seguridad son claves. Cuando haya incentivos fiscales mayores podrán captarse un 80% más de rodajes. Títulos como «Tomorrowland» o «50 sombras de Grey» se filmarán en nuestro país
No hay anciano en Belmonte (Cuenca) que en las últimas décadas no haya contado a sus nietos mil veces que Charlton Heston y Sophia Loren paralizaron el pueblo en 1961 con el rodaje de «El Cid», el actor ya conocía nuestro país de la filmación de «Ben-Hur». En las aventuras fílmicas de Rodrigo Díaz de Vivar, Valencia se simuló en el castillo de Peñíscola, cuyo mar encuadró la cámara lo suficiente como para servir de reclamo para turistas internacionales. El desierto de Tabernas, el único árido del continente, vivió un trasiego de rodajes de westerns durante los 60 y 70, entre ellos, algunos de los más importantes de la historia del género («Por un puñado de dólares, «La muerte tenía un precio», o «El bueno, el feo y el malo»). Pero la cosa no quedó ahí, en pleno 23 de febrero de 1981, la Guardia Civil paralizó la filmación de «Conan el Bárbaro» , Schwarzenegger aún recuerda ver tanques aquella mañana cuando se asomó a la ventana de su hotel. Ridley Scott ambientó parte de «1942: La conquista del paraíso» en Cáceres, entre otras localizaciones. Y el realizador es reincidente: «Exodus», su nueva producción, comenzó a rodarse en Almería y ahora sigue en Canarias. Y no será la única que asome estos meses por aquí. Valencia vive revolucionada después de que se anunciara la llegada de George Clooney, que trabajará los próximos días en la Ciudad de las Artes, que servirá de escenografía futurista para «Tomorrowland». Según la planificación, las secuencias en la capital del Turia ocuparán una media hora de los 90 minutos que durará esta nueva apuesta de Disney. Canarias, entre otras cintas, albergará secuencias de la esperada adaptación cinematográfica de «50 sombras de Grey», una de las que más expectación ha levantado en las últimas temporadas por el éxito de la trilogía, y cuyo equipo también trabajará en Madrid.
Hace años que España acaricia el sueño de volver a convertirse en plató de grandes superproducciones y sabe que cuenta con algunas ventajas comparativas para lograrlo, además de la evidente del clima. «Para empezar, somos un país turístico, disponemos de la infraestructura adecuada para las necesidades de un rodaje: aquiler de vehículos, catering, alojamiento, seguridad, atención sanitaria... además del personal técnico especializado al contar con cierta industria audiovisual», apuntan desde la Film Comission de Valencia. Aunque la mano de obra española no es la más alta de Europa, encuentra competencia tanto en países cercanos (Marruecos y Túnez sobre todo) como en Europa del Este; sin embargo, según apuntan desde el sector la seguiridad jurídica es mucho mayor en nuestro país. El propio Scott, a pesar de las facilidades que le daban para filmar en México «El consejero», cuya acción transcurre en aquellas tierras, prefirió, por ese motivo, recalar en nuestro país y «tunear» los paisajes urbanos como si fueran mexicanos. Hay quien cuenta que la última vez que Matt Damon rodó en Marruecos dormía en Málaga. Y es que a la hora de firmar un seguro para un rodaje a una gran estrella, las compañías exigen unos niveles mínimos de seguridad en el país de destino para suscribirlo.
Aun así, durante un encuentro reciente titulado «La economía de los rodajes en España» quedó claro que nuestro país pierde un 80% de las grandes producciones que podría albergar por falta de incentivos fiscales. En estos momentos, excepto en Canarias, solo es posible beneficiarse de un 18% en el impuesto de sociedades si se constituye una Agrupación de Interés Económico con una empresa de nuestro país. El sector reclama que se amplíen y el Gobierno se ha mostrado favorable gracias a un acuerdo firmado recientemente entre distintos ministerios, aunque todavía no se ha plasmado. «No se trataría de subvenciones, sino de devolver un porcentaje de los impuestos pagados una vez que se ha invertido en el proyecto, y con la condición de buscar un socio nacional, de modo que se fomentaría también la reactivación de la industria española», aseguran desde la Spanish Film Comission. Se calcula que un 30% del presupuesto de cualquier producción se queda en el territorio donde se rueda. Hay estudios que demuestran que por cada euro público invertido en forma de incentivo fiscal se obtiene un impacto directo de entre 4 y 6 euros y un total –incluyendo beneficios directos, indirectos e inducidos– que puede rondar los 15.
Además, hay otro impacto aún mayor en un país como el nuestro: las visitas turísticas. El 62% de los extranjeros que eligen Francia como destino vacacional aseguran que lo hacen por las imágenes que han visto en sus películas. El especialista Emilio J. Alhambra destaca el caso de «Vicky Cristina Barcelona», que, más allá de lo evidente: las secuencias rodadas por Woody Allen en Barcelona y Asturias, subraya que el nombre de la ciudad pudo verse en casi todos los países del mundo gracias a los carteles y los spots que las distribuidoras invirtieron en sus campañas para el estreno sin que la capital catalana tuviera un gasto extra por esta parte.
En lo que sí estamos bien posicionados es en filmación de anuncios, pues tampoco se ofrecen desgravaciones fiscales en otros países y contamos con paisajes que suponen territorios idílicos para algunos públicos: «Mallorca es un gran foco de atención para «spots» que luego se difundirán en Alemania y Japón, ya que el público al que van dirigidos asocia aquel territorio con las vacaciones. Málaga cuenta con muchas empresas de servicios para ingleses, lo que facilia que los rodajes publicitarios anglosajones se trasladen allí. También Madrid y Barcelona, por su riqueza cultural y su iconografía urbana, son reclamados por productoras de fuera», apuntan personas del sector. Hay quien subraya una aparente contradicción: mientras España dedica un buen presupuesto cada año a publicitarse en todo el mundo como destino vacacional, resulta extraño que no se estimule que esta publicidad gratuita para la zona se filme en los rincones más impactantes de nuestro país.
Canarias, islas afortunadas también para el séptimo arte
La localización de las islas afortunadas supone no pocos contratiempos para sus habitantes con respecto a la Península, por lo que diversas leyes tratan de compensarlo. Entre otras, una mayor deducción por realizar producciones cinematográficas allí, que ronda el 38% en el impuesto de sociedades para el coproductor financiero, lo que la equipara con algunos de los grandes países europeos que sí estimulan los rodajes en sus territorio, como Italia, que cuenta con un 40%, pero con el límite de un millón de euros, cosa que no ocurre en el archipiélago. No es de extrañar que cada vez más haya producciones que decidan trasladar sus exteriores a Canarias, como ocurrió recientemente con «Fast & Furious 6», que ya prepara su séptima entrega. «Exodus», de Ridley Scott, también se ha trasladado hasta ese lugar y tras las vacaciones de Navidad han reanudado la filmación en Fuerteventura. Se calcula que solo en dietas, el equipo se gasta unos 20.000 euros diarios, más el transporte, alojamiento... Ron Howard ha acabado recientemente en La Gomera las escenas de «In the heart of the sea», protagonizada por Chris Hemsworth (conocido por «Thor»). Teniendo en cuenta cuál es la primera industria de Canarias, resulta evidente que los beneficios secundarios los notarán a corto plazo. Además de la climatología privilegiada la mayor parte del año, las autoridades del archipiélago tratan de aprovechar las rentas de ser escenografía natural de unos cuantos títulos que se han visto en todo el mundo; de hecho, ya hay una ruta turística denominada «Furia de Titanes» en Tenerife que recorre los decorados del filme. Andalucía también ofrece entre sus múltiples rutas, una dedicada a las películas que ha albergado.