Los zombis de Locarno miran al cielo
Arturo Ripstein fue el presidente de un jurado que habría de evaluar un total de 17 preguntas
La ciudad suiza de Locarno se ha convertido por 69ª vez en la sede del cine mundial gracias a las emisiones de películas en su famosa Piazza Grande.
Una vez más, Locarno, la bella ciudad junto al Lago Mayor, es el cine a tope y por 69ª vez. Esta vez cuenta con 17 películas a concurso, todas ellas de estreno mundial y entre las que se encuentran tres óperas primas. Y con Arturo Ripstein como presidente del jurado.
Pero el sello mundialmente conocido de este festival son las proyecciones nocturnas en la Piazza Grande, siempre que no llueva, cosa que en dos o tres noches de cada edición lloverá y trasladarán a los espectadores en autobuses a un enorme pabellón deportivo mal acondicionado como cine. Las películas en ese escenario serán 16, de producciones comerciales que van de la última Palma de oro de Cannes, la película de Ken Loach, o la última de Jason Bourne.
Este año todo ha empezado mal. La película de apertura, «The Girl with All the Gifts», ha sido un horror. Resulta que aquí los zombis son buenos. Lo que debían de pensar los que organizan el festival al ver que a la proyección en la Piazza Grande sólo asistieron 4.400 personas cuando lo normal es entre 6.000 y 7.000. ¿Será por el día? ¿O quizá porque homenajeaban a Bill Pullman, que no es nadie en la historia del cine? Debe ser que era barato traerlo. El Pullman estaba bien en «La última seducción» pero allí se lo «comía» la maravillosa Linda Fiorentino. Por cierto, ¿qué habrá sido de ella?
Esperemos disfrutar porque los festivales de cine son el último refugio de las películas. Hoy en día hay otro tipo de diversiones, como teléfonos, ordenadores, i-pad,...