«Ma ma»: Hay vida durante la muerte
Julio Medem dirige una película dedicada «a ellas», las mujeres que sufren cáncer de mama. Penélope Cruz, que encarna a Magda, está acompañada en el reparto por Luis Tosar y Asier Etxeandía.
Un corazón palpita inconsciente de que un cáncer le está robando los latidos. Es el de Magda, una mujer a la que le han descubierto un carcinoma, es decir, un tumor en una de sus mamas. ¿Y quién es Magda? Pues podría ser cualquiera de esas luchadoras anónimas que pelean contra esta enfermedad, pero es la protagonista de «Ma ma», la nueva película de Julio Medem, un hombre que ha centrado su carrera cinematográfica en las mujeres, ya que, como él mismo reconoce, «es interesante explorar tu lado femenino, incluso en lo sexual». Algo que admira él de las féminas es su fortaleza, lo cual transcribe en el largometraje en la vitalidad con la que Magda afronta su enfermedad, sin dejarse morir «por amor a los demás», como afirma Penélope Cruz.
La actriz reconoce que «he tenido la suerte de no tener que enfrentarme a una situación como la de Magda, con la amenaza de perderse, y siempre he valorado bastante mi salud, y cada vez más. Alguna vez he leído entrevistas que me realizaban a los 16 años y ya me refería a la importancia que le daba». De Magda dice «respetar bastante su optimismo, una cualidad que muchas veces se malinterpreta porque se identifica a quien la esgrime como alguien que no admite la realidad porque no puede con ella, se ve casi como algo irresponsable. Pero Magda va más allá. Es una especie de sabia que observa a ese monstruo que la está amenazando a diario con quitarle lo más importante que tiene, la relación con su hijo y su propia vida. Ella salta por encima de la bestia y se dirige hacia el siguiente paso y siempre sin quitar la atención de los demás. Es una lección de lucha y de cómo la mente y las emociones pueden dirigir al cuerpo en una dirección u otra».
Y es que Magda amplía su vida más de lo que su ginecólogo le prevé. Asier Etxeandía es quien se pone la bata de médico y, además de cantar «Vivir» de Nino Bravo como homenaje a la insistencia de Magda por seguir sobre la tierra y no bajo ella, se compromete con su paciente a través de un cuidado que alcanza la afección personal y la intimidad. Y, aunque no estamos acostumbrados a que un médico se implique con sus pacientes, «como el de mi madre cuando, precisamente, estaba enferma de cáncer», comenta Etxeandía, éste asegura que «tenemos un prejuicio de lo que debe ser un médico. Es una persona que tiene inquietudes y familia. Y si se implica con alguien porque le toca el corazón, si le da la gana de colarle en su consulta, lo hace aunque no sea políticamente correcto. Estuve trabajando mi papel con una doctora y me explicaba que había creado vínculos muy fuertes con algunos de sus pacientes pero teniendo mucho cuidado con desde dónde se compromete». El caso de Magda justifica esa implicación, ya que su enfermedad convive con un embarazo, y ella le descubre a su ginecólogo su deseo de ver nacer a su hija antes de morir. Respecto a ello, Etxeandía reconoce que «una de las cosas que se nos planteaba al principio es si era posible que una enferma de cáncer pudiera estar embarazada. Llamé a dos ginecólogas y un doctor para comprobarlo. Uno de ellos me dijo que era imposible. Los otros dos me respondieron que dos de sus pacientes lo habían hecho. Depende de tu determinación, de tu credibilidad en tu vida, del poder que tú creas que posees para cambiar las cosas por mucho que te digan que vas a morir. Y en esta película la magia se hace realidad».
Es cierto que en las cintas de Medem siempre se destaca un hechizo enigmático más allá del realismo social, pues «Julio no es un director que se haya caracterizado por retratar lo real de manera exacta, sino que la plasma de modo simbólico», explica Luis Tosar, quien encarna a Arturo, un hombre que al comienzo del largometraje pierde a su mujer y a su hija en un accidente de tráfico. En lugar de deprimirse, Arturo acude al hospital en el que Magda está en tratamiento contra el cáncer y, después de que ella abandonase la clínica, juntos superarán sus barreras en busca de un nuevo y feliz renacer.
Dolor extremo
Tosar asegura que «estaba un poco acojonado porque tenía que experimentar emociones bastante distantes», pero también añade que «era una oportunidad para colocarme en el dolor más extremo, pero al mismo tiempo se trataba de un proceso muy bello y catártico. Lo bueno de nuestro trabajo es que es depurador, descubrimos cosas, otras las dejamos atrás o las solucionamos. También posees la ocasión de ponerte en la piel de los otros, es un oficio empático por naturaleza. Para mí la película fue muy antitóxica, la acabé más limpio de lo que la empecé».
En mayo de 2013 la actriz Angelina Jolie publicó una carta en «The New York Times» en la que explicaba que se había sometido a una doble masectomía para prevenir el cáncer de mama, por el cual su madre falleció a los 56 años tras haber resistido casi una década a la enfermedad. A Penélope Cruz el gesto de su compañera le pareció «muy valiente como lo ha contado porque cuando lo lees observas que es una persona con bastante información sobre lo que ha hecho y lo cuenta de manera muy completa para no confundir a nadie. La admiro porque debe de ser difícil contar algo así, tan personal, y aprovechándolo para educar. Resulta muy generoso por su parte».