Crítica de cine

Si las higueras pudieran hablar

Karra Elejalde interpreta a un falangista en la nueva cinta de Ana Murugarren

Karra Elejalde en una escena de la película
Karra Elejalde en una escena de la películalarazon

Karra Elejalde interpreta a un falangista en la nueva cinta de Ana Murugarren.

Ironía es la palabra que mejor define esta película. Sí, es cierto que « es una tragicomedia surrealista» pero lo que diferencia a este filme de otros del mismo género es el hecho de que, en palabras de su productor, Joaquín Trincado, « es una broma que el propio falangista cuide la memoria de sus víctimas». Otro factor diferencial respecto al resto de filmes de la Guerra Civil es que cuenta la historia desde el lado vencedor, algo poco habitual en nuestro cine.

«La higuera de los bastardos», adaptación de la novela del Premio Nacional de Literatura Ramiro Pinilla, se sitúa en los primeros años de la contienda. La mirada de uno de los niños a los que Rogelio, falangista, deja huérfano atormentará al protagonista, interpretado por el actor Karra Elejalde. Convencido de que ese niño y esa mirada acabarán con él en un futuro decide abandonar a sus compañeros y dedica el resto de su vida a cuidar de la higuera que su verdugo ha plantado sobre los restos de dos de sus familiares. Los años pasan y el falangista con la ayuda de Cipriana (Pepa Aniorte) vive un proceso de «santificación», dónde su minúsculo mundo compuesto por él y su higuera, se convierten en centro de perenigraje. El ermitaño convivirá por mucho que le pese con Ermo (Carlos Areces), personificación de la mezquindad y el parasitismo. «Que no nos parezca tan surrealista que alguien tan cabrón de un repaso a su vida y quiera cambiar» son las palabras que utiliza Elejalde a la hora de explicar la catarsis que vive su personaje. Y añade: «Lo que le ocurre a Rogelio es algo aconsejable. Si esto no pasara diría muy poco de nosotros como humanos, y más en una guerra como la nuestra que era de analfabetos»

Para el actor Mikel Losada, cuyo personaje es el líder del escuadrón de la muerte de Rogelio «la virtud de esta película es que es incalificable, pasa de las dureza de los primeros minutos a la comedia en un fotograma». La transformación a la gran pantalla se ha realizado a través de un proceso de «rescatar del libro toda la parte de humor sin dejar de ser fiel a su trama», explica la directora, Ana Murugarren.