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Sylvester Stallone: "Si el espectador no aguanta tanta violencia en 'Rambo' que se levante y se vaya"

Estrena «Rambo: Last Blood», con su héroe por antonomasia como protagonista. En esta entrevista exclusiva habla del personaje, de sus proyectos y del cine de acción actual en el que ve «demasiada tecnología».
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Estrena «Rambo: Last Blood», con su héroe por antonomasia como protagonista. En esta entrevista exclusiva habla del personaje, de sus proyectos y del cine de acción actual en el que ve «demasiada tecnología».
Sus comienzos como actor no fueron nada fáciles. Al principio Stallone solo conseguía papeles de extra. No fue hasta que llegó «Rocky», papel que el propio actor creó cuando su carrera comenzó a funcionar. Esta historia de un boxeador que consigue ganar a grandes oponentes le convirtió en un ídolo de masas. El filme se convirtió en una franquicia que se prolongó desde 1976 hasta 2018. Aparentemente el actor escribió el guión original en veinte horas tras ver el combate entre Muhammad Ali y Chuck Wepner. Aunque el intérprete ha negado en varias ocasiones que este último fuera la inspiración para el texto, éste le denunció y posteriormente llegaron a un acuerdo económico para evitar ir a los juzgados.
Su carrera se ha basado principalmente en películas de acción como «Demolition Man», «El especialista» y «Assasins», junto a Antonio Banderas. Pero uno de sus mejores papeles hasta el día de hoy ha sido en «Copland» (1997), donde compartió protagonismo junto a Robert DeNiro y Ray Liotta. El filme fue un auténtico éxito de crítica. Stallone conoce bien sus limitaciones interpretativas y ha sabido jugar con ello y moldear una carrera exitosa.
Han transcurrido 37 años desde que «Rambo», un veterano de Vietnam, se estrenara en cines, y ahora con «Rambo: Last Blood», filme rodado entre Bulgaria y Tenerife, cierra el círculo. Comparte protagonismo con Adriana Barraza (Babel) e Yvette Monreal, así como con los españoles Óscar Jaenada, Sergio Peris-Mencheta y Paz Vega.
–El filme muestra la violencia en estado puro.
–Vamos a hablar primero del gore. En Hollywood es como beberse una cerveza Budweiser, no sabe a nada. Lo que mostramos en «Rambo: Last Blood» es la violencia real, tal y como es en situaciones similares, no está dulcificada. Si te paras a pensar por lo que la policía pasa y presencia a diario vas a entender por qué exhibe la violencia así. Hay agentes que acaban dándose a la bebida o suicidándose. La violencia es brutal cuando la sufres en tu vida. Si ves a alguien a quien han disparado en la cara, por ejemplo, la conmoción es indescriptible. Y nuestra intención era hacerlo lo más real posible.
–No es una película en la que se vea sangre, nada más...
–La hay, no la ahorramos, pero es bastante más que eso porque la realidad es brutal. Si te disparan con una pistola de calibre 50 en el rostro básicamente no queda nada de ella.
–Esa es la esencia de Rambo en cierta forma y todo por lo que pasa.
–Exacto, ha estado en la guerra y eso es algo que no se supera jamás y que le marcará de por vida.
–Pero, ¿no se trata, entonces, solo de un producto de puro entretenimiento?
–No creo que sea solamente eso. Para mí es importante mostrar las horribles consecuencias de la guerra. Obviamente, Rambo es entretenimiento, pero siento cierta responsabilidad con este proyecto. Es cierto que la violencia puede hacer que algunos espectadores se sientan incómodos, pero se pueden levantar y marcharse cuando quieran. No deseo mostrar una realidad a medias, maquillada. Si va a ver un filme de Stallone, o más particularmente éste, ya sabes a lo que vas. Me hace gracia cuando en algunas películas matan a alguien de un solo tiro porque es bastante complicado, normalmente necesitas unas nueve balas. Yo muestro la realidad, no ciencia-ficción.
–¿Considera a John Rambo un hombre violento?
–La violencia es la única forma que conoce para resolver una situación de conflicto. Si los violentos le dejaran en paz él nunca molestaría a nadie. Es un personaje tranquilo por naturaleza, no se entromete por iniciativa propia, es de hablar poco y pausado, aunque sobrelleva un gran trauma. No se considera ni un tipo duro ni malo. Lo que sí tiene claro es que no teme a la muerte y eso le hace peligroso.
–¿Qué facetas del personaje ha podido explorar en «Rambo: Last Blood»?
–Ha estado aislado durante bastantes años y ahora forma parte de una familia, contexto que ayuda a que nos demos cuenta de lo que realmente le va a hacer saltar. Es un filme bastante más personal que los anteriores y muy diferente en general. Me importaba mostrar el lado más humano del protagonista, cómo se comporta en el núcleo familiar, cómo se desenvuelve en un ambiente más íntimo.
–Ese contexto del que habla le imprime tranquilidad, pero sus demonios sigue ahí, acechándole.
–Así es. Ni siquiera estar rodeado de los suyos es suficiente para que se estabilice. Le vemos en el rancho con los caballos tranquilo pero padece un desorden postraumático que sigue estando ahí.
–¿Y después de «Rambo» qué está preparando?
–Barajo rodar una película en China, pero de momento es un tema del que no puedo hablar. Allí se están realizando multitud de cintas de acción, aunque hay géneros que no están explotados y se pueden tocar. No te puedo contar más.
–¿Cómo ha evolucionado el género de acción?
–Hoy se utiliza demasiado la tecnología, hay mucho croma. Cualquier película de Marvel es un cúmulo de efectos especiales uno detrás de otro, como si vieras fuegos artificiales, mientras que filmes de acción más clásicos, como puede ser «Harry, El Sucio», poseen ritmo, aunque no tan frenético como los actuales. Con «Rambo: Last Blood» he tratado de volver a aquel cine: hombre contra hombre sin tecnología de por medio. Algo más básico, más primitivo y esencial.
Jaenada, Peris-Mencheta y Paz Vega, un trío de españoles a las órdenes del «amo» Rambo
«Ha sido un rodaje bastante intenso. Stallone tiene una energía que no te la crees, está en el rodaje cuando le toca y cuando no, también. Las 12 o las 14 horas o todas las que estemos trabajando, él está al pie del cañón», dice Sergio Peris-Mencheta sobre compartir película con el norteamericano. No ha sido el único, pues Paz Vega y Óscar Jaenada son los otros dos actores españoles que están en el filme. Éste aseguraba sobre Stallone que «tiene cine en las venas. Cuando llegaba al rodaje lo cambiaba todo y el resultado era mucho mejor. Ha sido el dueño y señor del filme. El amo».