Tour de Francia

Francia

Todas las mentiras de Lance Armstrong

Imagen del ciclista en 2009, cuando regresó contra todo pronóstico a la competición
Imagen del ciclista en 2009, cuando regresó contra todo pronóstico a la competiciónlarazon

Lo decía Maquiavelo, y tenía más razón que un santo: el fin justifica los medios. Al menos así fue para Lance Armstrong, el ciclista que ganó siete tours de Francia de un tirón (1999-2005) después de superar un cáncer de testículos en 1996, y que, en 2009, quiso volver a la carretera para demostrar que los había ganado limpiamente y que podía repetir liderazgo en el podio. ¿Cuál era el fin? Ganar a toda costa. ¿Cuáles eran los medios? Doparse, hacerse transfusiones de sangre y humillar a todo aquel que le hiciera sombra. Y negar sus mentiras, claro. Una y otra vez.

Alex Gibney empezó este proyecto en el 2009, siguiendo a Armstrong en su insólito regreso al ciclismo, y lo paró inmediatamente después, cuando todas sus mentiras salieron a la luz. Como confiesa en su documental, «The Armstrong Lie», que ayer se presentó en Venecia fuera de concurso, necesitaba una explicación tras haber sido una de tantas víctimas de los engaños del ciclista. Armstrong cumple con el ideal del héroe americano. Sus objetivos son ganar, competir, controlar su imagen hasta el mínimo detalle y convertirse en celebridad mientras ataca sin piedad a sus detractores y hace obras de caridad. Por eso su historia de auge y caída se transforma en caso ejemplar del artificio en que se sustenta la creación de un mito. Gibney da una lección de periodismo de investigación, observando el conflicto desde todos los ángulos posibles, entrevistando a todo el entorno de Armstrong y explicando el funcionamiento del dopaje desde una perspectiva científica, clara y rigurosa. Puede que el filme no descubra nada nuevo para los aficionados al ciclismo, pero para los neófitos, entre los que me cuento, resulta de lo más iluminador.