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Y el Goya es para...... la Policía y la Guardia Civil

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«El Niño» y «La isla mínima» tienen en común la temática policial, pero también haber sido asesoradas por las fuerzas de seguridad.
«El Niño» y «La isla mínima» compiten el sábado por los Goya. Ambientadas en épocas distintas, ambas tienen en común la temática policial, pero también haber sido asesoradas por las fuerzas de seguridad para que empuñar un arma, inmovilizar al malo o colocarse el tricornio y las divisas resulten creíbles.
A más de 60 series y 25 películas ha asesorado el policía nacional Juan José Moruno en 19 años. A algunas menos, en torno a una decena de cada categoría, lo han hecho los guardias civiles Fernando Cubillo y Ana Arias. En algunas, el asesoramiento ha sido por las dos partes.
Objetivo común: velar por que la imagen de sus respectivos cuerpos sea lo más fiel posible a la realidad, sin que ello signifique interferencia alguna en las licencias del guión, porque por encima de todo está el fin último de la producción: entretener.
Con el "boom"de películas y series policiacas que comenzó hace ya más de dos décadas, ambos cuerpos decidieron contar en sus respectivos departamentos de Comunicación con asesores con los que productoras, guionistas, directores y actores pudieran ponerse en contacto.
Un asesoramiento que va desde supervisar el guión, explicar la distribución territorial del cuerpo correspondiente y su organigrama, conceder permisos para el uso de uniformes alquilados y vehículos y revisar decorados para que el escenario sea lo más fiel posible a la realidad -actual o del pasado-, hasta enseñar a colocar unos grilletes, disparar, parapetarse detrás de un coche o entrar en una vivienda.
No disponen las fuerzas de seguridad de medios para prestar en los rodajes, y si en alguna ocasión lo hacen -como se hizo en "El Niño"con el helicóptero e incluso el piloto-, lo prioritario es el servicio policial al ciudadano.
También en alguna ocasión se desplazan al rodaje especialistas de estos cuerpos, como en desactivación de explosivos, para supervisar alguna escena. Otras veces, se aprovecha el servicio real -por ejemplo el patrullaje en una playa- para rodar alguna escena sustituyendo a los agentes por los actores.
Explica a Efe Moruno que la gente del cine en general tiene un concepto distinto de la Policía y se sorprende "para bien"cuando la conocen y constatan su especialización o comprueban sus distintas formas de afrontar el crimen.
También en general, los actores, añade, expresan un cierto rechazo a las armas, que este asesor intenta que superen mentalizándoles de que pueden tener un buen uso y llevándoles a las galerías de tiro para que se familiaricen y les pierdan ese respeto.
Precisamente, adiestrarles en cómo llevar un arma, disparar, avanzar, esposar u otras acciones policiales es fundamental, toda vez que habitualmente se ruedan estas escenas en planos cortos y los fallos pueden ser más visibles.
Sin menospreciar a nadie, Moruno resalta la profesionalidad de actores que se "empapan de todo"y son "extremadamente metódicos". Y si tiene que mencionar a algunos cita a Jose Ángel Egido, Fernando Cayo o Álex González. En actrices-policías, no duda en elegir a Thaïs Blume. "Es brutal, te crees el papel", enfatiza.
Y cómo no, a José Coronado, que "da muy bien el tipo de un tipo de policía". "En pantalla, te lo crees todo de él", subraya.
El cine policiaco español no tiene nada que envidiar a otros, salvo en el presupuesto, dice Moruno, que asesoró también las dos secuencias que se rodaron en Madrid de la película "El ultimátum de Bourne", de Paul Greengrass e interpretada por Matt Damon.
Ocho segundos duran en la película final, pero su rodaje requirió más de 200 personas y mucho material técnico que llegó desde Estados Unidos. Un ejemplo de esas diferencias económicas.
La Guardia Civil protagoniza menos series y películas que la Policía. Quizá sea por algunos "clichés"que ya están formando parte del pasado o porque antes no se creía que una historia con agentes de este cuerpo podría ser tan atractiva como la de cualquier otro.
Tanto era así, señalan Cubillo y Arias, que en el rodaje en 2007 de "El Solitario"se cedieron los uniformes a los protagonistas, pero el de los extras se alquiló. Cuál no fue la sorpresa al percartarse de que las divisas de estos últimos estaban colocadas en la bocamanga, cuando hacía muchos años que ya no era así.
Lo que quiere decir, añade Cubillo, que en lustros a nadie se le había pasado por la cabeza una producción con la Guardia Civil que requiriera uniformidad moderna.
Y si una serie rompió esa imagen anquilosada fue "Desaparecida", donde el guardia civil aparece como alguien "normal", con sus problemas familiares como cualquier otra persona.
Por destacar a algún actor, estos asesores citan a Emilio Gutiérrez Caba, un comandante de la miniserie "El Solitario"que hasta "daba clases"de ponerse un tricornio.
Como con la Policía, hay quien se sorprende de cómo trabaja la Guardia Civil, lejos ya del "cliché"del taconazo, el tricornio o el "a sus órdenes".
Tanto la Policía como la Guardia Civil creen que en la actualidad el cine español les refleja bien. "Es la mejor publicidad que podemos tener", apostilla Cubillo.
Anécdotas, muchas. Desde dejar engrilletado al "malo"y no encontrar las llaves de las esposas, hasta tener que prestar un asesor su chaquetilla al actor porque la alquilada le quedaba fatal.