Cómo se fabrica el ansiado Oscar

No hay deseo más ansiado para un actor que tener una de éstas en su vitrina. Los Oscars se repartirán el próximo 4 de marzo y todos los nominados ya tiemblan por saber si serán ellos los afortunados que saquen en sus manos la preciada estatuilla. Con el reparto de los premios, los focos se centran en las estrellas pero de lo que menos se habla es de su proceso de elaboración: el nacimiento de los Oscars. Desde hace tres años, una empresa neoyorquina es la encargada de confeccionarlas. Para ello elaboran un molde de cera con mucho tacto, lo bañan diez veces en cerámica, lo cuecen y vierten sobre él bronce fundido. Una vez que se enfría, y tras unos cuantos golpes para sacarlo del embalaje que le dio forma, tenemos toda una estatuilla hollywoodense aunque todavía desnuda. Se pule con pulso firme y se le da el brillo esperado para que el espejo de estructura refleje la sonrisa del premiado.

Esto no es todo, aun le falta el elemento que lo hace tan preciado: 24 kilates de oro. De este proceso se encarga otra empresa de Nueva York mediante el proceso conocido como electrochapado consistente en sumergir el galardón en una solución química del oro al que le aplican una corriente eléctrica. La ciencia hace que los iones se muevan dentro del cuerpo del Oscar para finalmente salir amarillo, reluciente y carísimo. Los nombres de los premiados no se colocan hasta el final de la gala, así nadie puede eclipsar la tensión de momento. Un proceso muy manual para acabar en las manos de otros a quienes le dará mucha fama.