Daniel Estulin: «Reino Unido ha ayudado a prosperar a los yihadistas»
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Si ustedes quieren pasar miedo de verdad no se vayan por las ramas, no elijan la ficción. La realidad, como decía Wilde, siempre la supera. Ni la mente más perversa podría imaginar las tramas que Daniel Estulin nos descubre en su último libro, «Fuera de control» (Planeta), desde su salida en los primeros puestos de Amazon. Vamos, que después de leerlo nos damos cuenta de que nos manipulan infinitamente más de lo que sospechábamos, que ya era mucho. Pero con todo. Incluso con lo que concierne al terrorismo islámico. O al menos, si nos creemos lo que dice Estulin, al que nadie demanda cuando cuenta cosas como que: «El ISIS, Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), los Hermanos Musulmanes, los talibanes, Hizb ut-Tahrir (HUT), el Grupo Combatiente Islámico Libio (GCIL), Ansar al Sharia, el grupo Escudo de Libia y la Brigada 17 de Febrero, al igual que el propio terrorismo, son el resultado de objetivos políticos a largo plazo diseñados en Washington y Londres, y financiados a través de organizaciones benéficas saudíes».
Enemigo cambiante
«El ISIS es un prototipo, un recurso para intensificar el control de Oriente Medio liderado por Estados Unidos por medio del terrorismo, el caos y la devastación social. Mientras pueda culparse de todos los males a un enemigo cambiante no podrá señalarse directamente con el dedo al culpable real. Hay que entender que ninguna de estas operaciones habría tenido la más remota posibilidad de triunfar si no las hubieran financiado y arropado las élites del poder. Y quien más contribuyó a agrupar a esos yihadistas dispersos y hacerlos prosperar fue el servicio de Su Majestad en el Reino Unido. Desde los Hermanos Musulmanes a Al Qaeda y el ISIS, lo que logró la financiación británica fue la globalización del terrorismo, que acogió bajo sus auspicios a diversos grupos armados», añade.
Como lo leen. Para echarse a temblar. Claro que para que todo eso tuviera peso, Estulin debería explicar cuál es el fin de esta financiación de los poderosos...Y lo hace: «Hay que entender que la amenaza terrorista del ISIS y de las organizaciones terroristas de ideologías afines constituye la piedra angular de la doctrina militar de Estados Unidos y la OTAN. Una doctrina que, en virtud de un mandato humanitario, justifica la aplicación de operaciones antiterroristas a escala global. Se trata de una cuestión tanto geográfica como política. Se está creando un nuevo orden en el que la geografía y el dinero resultan ser las mejores cartas de triunfo».
Le pregunto a este escritor nominado al Pulitzer en 2014 por su anterior libro, «TrasnEvolution-The Coming Age of Human Deconstruction», y al Premio Nobel de la Paz 2015, por su lucha incansable contra la élite globalizadora mundial. Cuándo empezó a seguir la pista de estas estrechas relaciones entra las élites político financieras, y me responde que «hace unos 22 años, mientras estudiábamos en la escuela de inteligencia las estructuras cerradas de la gobernanza mundial y los métodos de su impacto en los procesos globales». Teniendo en cuenta esto que nos descubre el autor en este libro y lo que nos contó en su famoso «El club Bildeberg», parece que el mundo está lleno de complots...
El club Bildeberg
«¿Complots? ¿por qué? Desde los primeros pasos del ser humano el hombre siempre ha buscado formas ingeniosas de dominar a los demás...». Por lo que parece, formas siempre relacionadas con el dinero, las del club Bildeberg, con el dinero nazi concretamente... «El club Bilderberg se fundó en 1954 con un único objetivo: custodiar la riqueza robada por los nazis en la Segunda Guerra Mundial. El famoso resurgimiento de Alemania el mismo año en el que se creó el club no es ninguna casualidad».
Volviendo al terrorismo islámico, convendría que Estulin explicara también de qué les serviría a esos poderosos un cambio de orden en Oriente Medio. «No solo en el Oriente Medio, sino a nivel planetario. La clave es el modelo económico basado en petrodólares. El principio fundamental del modelo mundial del petrodólar es permitir que los países occidentales, liderados por Estados Unidos, vivan a expensas del trabajo y los recursos de otros países». ¿Y cómo quieren lograrlo?, le pregunto, ¿impidiendo el desarrollo? «Exacto. El progreso y el desarrollo de la sociedad es directamente proporcional a la densidad de la población. Más desarrollo tecnológico e industrial supondría un importante aumento de la población en un planeta con recursos naturales finitos. Si tu eres Rockefeller y compañía, no necesitas más personas sino menos. Y la forma de reducir la población es desindustrializando el mundo. Detroit es un ejemplo perfecto de este plan macabro».
Dice Estulin que la esperanza es darse cuenta de que el juego sucio de la élite es real y que para no acabar en un planeta-prisión tendremos que levantarnos entre todos y forzarnos a devolvernos nuestras libertades a través de revoluciones y guerras de superviviencia. Y a mí no me queda otra que preguntarle si no le da miedo escribir sobre temas tan comprometidos y si no teme que le peguen un tiro... «Lo que me da miedo es levantarme un día y darme cuenta de que, cuando pude cambiar el mundo hacia un futuro mejor, no hice nada. El futuro y la inmortalidad se define por lo que hemos dejado atrás».