Diana Navarro: «La zarzuela es como el flamenco: te encanta o te horroriza»
Lleva desde los 9 años queriendo que la escuchen cantar. Pisó concursos, peñas, verbenas, pero desde hace 10 no para de vender discos y llenar teatros. Eso es lo que celebra hoy en Madrid, un decenio repleto de saltos de un género a otro para poder exhibir en todos una voz prodigiosa.
-Celebrar diez años de carrera en el Teatro de la Zarzuela no es una elección casual...
-Después de publicar un disco como «Género chica», en el que se homenajeaba el repertorio lírico español, nos parecía un entorno estupendo para presentar «Diana Navarro Sinfónica», en el que, aunque hacemos un repaso por mis cinco trabajos, le damos protagonismo a la zarzuela, ya que no pude realizar gira con los temas del disco al coincidir con el tour de «Azabache 20 años». La primera parte es zarzuelera-operística-dramati-cómica y ese escenario se prestaba perfectamente para ello.
-¿Qué pasaría si un día le llegara una invitación de ese teatro para formar parte de un reparto de una de sus producciones?
-Me encantaría, sería un honor, pero no creo que suceda y lo entiendo. Ellos consideran que la voz para la zarzuela tiene que ser lírica.
-¿Qué descubrió en aquel disco sobre el género, probablemente el repertorio más lejano a su generación de todos los que ha tocado?
-Aluciné, me sentí bastante ignorante porque constaté lo poco que sabía. En 2008 me invitaron a participar en un espectáculo durante las fiestas de San Isidro, conocí el género y me quedé impactada porque mezcla la copla, lo lírico, el flamenco y el teatro. Los maestros de la zarzuela se inspiraban habitualmente en guajiras y otros palos del cante para hacer sus composiciones y a eso se suman unas letras con una picaresca y doble intención extraordinaria, junto con armonías y melodías clásicas. Así que cada vez que canto zarzuela disfruto enormemente.
-Esa parte pícara, además, apenas la había explotado antes...
-Es cierto, hay gente que no me conoce y cree que soy una triste, pues fue «Sola» la canción que me dio a conocer. En la zarzuela han visto que tengo ese lado dramati-cómico y monologuista que me gusta sacar de vez en cuando.
-Si algo definen estos diez años de carrera es su voluntad de que no la encasillen...
-Hay mucha gente que cree que solo me dedico a la copla, pero yo canto lo que me echen. Me gustaría que cuando vengan a un concierto, sintieran que se van a sorprender. Me gusta fusionar, darle un aire pop y también electrónico. El próximo disco será un giro de 180º que contendrá mucha electrónica. Estoy absolutamente implicada en la composición y deseo que sea una sorpresa importante.
-No teme peder al público que ha conquistado en este tiempo.
-No reniego de dónde vengo, por eso digo que soy una «foltrónica», una folclórica electrónica, pero quiero que la gente que me sigue se quede, ya que todo el mundo necesita cosas nuevas, y, además, llegar a otros públicos.
-¿Cómo fue recibida en los ambientes flamencos cuando decidió cantar jondo por derecho?
-Hice un examen voluntario en la primera peña flamenca inscrita en el mundo, La Platería, con Antonio Campos y Juan Antonio Suárez Cano. Era un repertorio que yo siempre había cantado de pequeña pero no tenía la capacidad vocal para hacerlo. Quise mostrar mi respeto ejecutando cante jondo por derecho y con guitarra. Es un estilo, que, como la zarzuela, que te apasiona o te horroriza. Había verdad, por eso salió tan bien: buenas críticas, disco de oro y nominación a los Grammy.
-¿Le gustó lo suficiente la experiencia como para volver a grabar otro?
-Claro, quiero morir cantando, espero tener mucha vida para volver al flamenco.