El Greco: el año de las luces
Exposiciones, congresos, gastronomía, conciertos. 365 días para arrojar luz sobre la figura de uno de los artistas más desconocidos y admirados de la historia. El pintor griego, más español que nunca
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El Museo del Prado ha sido el escenario para presentar, uno a uno, los actos que jalonarán un año entero dedicado a la obra de Domenikos Theotocopulos. La pinacoteca, que alberga la más importante colección de sus obras, despedía ayer uno de sus lienzos más emblemáticos, «El expolio», que luce más impresionante aún después de su reciente restauración, tras pasar por las manos de una autoridad, Rafael Alonso. De Madrid a la sacristía de la catedral de Toledo. Perfectamente embalado. Era la imagen del día junto con la de un auditorio literalmente a rebosar que acogía la presentación del programa dedicado al Año Greco. He aquí las citas para no perderse.
Una imagen, mil palabras
«Toledo Contemporánea» inaugura los actos el próximo día 18 (el mismo día que se celebrará un mágico concierto de campanas dirigido por Llorenç Barber y su equipo en 15 campanarios toledanos), una exposición que reúne la obra de 13 fotógrafos que han tomado Toledo como origen y meta de sus trabajos. Sus calles, el bullicio del Corpus, sus aguas, paisajes, la luz que destila... a través del objetivo de Massimo Vitali, Michale Rovner, Mattieu Gafsou, Shirin Neshat y José Manuel Ballester, entre otros. Comisariada por Elena Ochoa, estará abierta hasta el 14 de junio en el Centro Cultural San Marcos.
En Toledo, su cuna
Por increíble que pueda parecer, Toledo nunca le había dedicado una gran exposición al artista. «El griego de Toledo» salda la deuda y de la mano de Fernando Marías permitirá contemplar la más ambiciosa muestra, estrella de estos fastos y que parte de su actividad antes de llegar a España, su trabajo a la sombra de grandes como Tiziano, Tintoreto o Miguel Ángel. Es El Greco pintor de imágenes devocionales, autor también de retablos y diseñador de complejas arquitecturas. «Vista de Toledo», El soplón» o «La dormición de laVirgen» estarán a la vista de todos desde el 14 de marzo al 14 de junio en el Museo de Santa Cruz y los espacios Greco (la sacristía de la catedral, la capilla de San José, el Convento de Santo Domingo el Antiguo, la iglesia de Santo Tomé y el Hospital Tavera).
Menudos libros
«La biblioteca de El Greco pretende reconstruir las raíces teóricas y literarias de su arte a partir de los libros que manejó y que se conocen gracias a los dos inventarios realizados por su hijo Jorge Manuel en 1614 y 1621. Se mostrarán 40 títulos, entre los que destacan sendas ediciones de Vitruvio y Vasari con multitud de anotaciones. Abierta en el Museo del Prado, del 31 de marzo al 29 de junio.
Influjo poderoso
El redescubrimiento de su figura fue capital para la pintura de los siglos XIX y XX. Las obras del maestro cretense, junto a más de setenta obras modernas, demostrarán su enorme influencia, su diálogo posible, sus ecos. Allí estarán Manel, Cezanne, Kokoscha, Beckmann, Picasso, Saura y Bacon, entre otros. Museo del Prado, de 24 de junio al 5 de octubre, comisariada por Javier Barón.
El bullir del taller
Los encargos no paraban y para hacerles frente y no renunciar a ellos, montó un complejo taller para su heterogénea clientela en su propia casa, lo que ejemplifica la exposición «El Greco. Arte y oficio», que acogerá el Museo de Santa Cruz del 8 de septiembre al 9 de diciembre. Serán 75 obras nunca antes expuestas en España. Por primera vez sus cuatro apostolados se podrán contemplar juntos.
Mirar tiempo después
«Entre el cielo y la tierra. Doce miradas a El Greco cuatrocientos años después» recoge obras de Broto, Jorge Galindo, Gonnord, Gordillo y Din Matamoro, entre otros artistas, que mostrarán la influencia de El Greco en el arte hoy. Tendrá dos sedes, el Museo Nacional de Escultura de Valladolid y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y estará abierta del 5 de junio al 31 de agosto.
Toledo es un festival
«Pasearte» es el nombre bajo el que se engloban los espectáculos específicos que se inspiran en Toledo y el artista: los hay teatrales, deambulaciones por el centro histórico y de circo. La música ocupa un lugar preferente y dentro de ella, además de los Requiem de Verdi y Mozart, la Misa de Cristóbal Morales, que se tocará el 7 de abril, día del fallecimiento del pintor. A esto se añaden un congreso internacional y apuestas gastronómicas con el lema de «Saborearte», un programa en el que el gusto es el principal de los sentidos.
Un año de hallazgos para redescubrir la figura de un artista al que se ha sometido a la lupa de la investigación para disipar leyendas imposibles, como la de unos problemas de visión que jamás tuvo. Sencillamente, alargaba las figuras porque le parecía bien, le gustaba. Muchos de sus lienzos estaban situados a gran altura y con ese alargamiento no hacía sino buscar la proporción.
No era ni acomodaticio ni se amoldaba con facilidad: plantaba cara y mostraba su genio. No llegó a dominar el español a pesar de haber pasado en la piel de toro treinta y cinco años. Gustaba de hablar griego con los extranjeros, italianos preferentemente, que vivían en la ciudad imperial. ¿Padecía astigmatismo? Una leyenda urbana más cuya falta de cimiento científico ha quedado sobradamente demostrada, como ayer exponía José Pedro Pérez Llorca, presidente del patronato del Museo del Prado, gracias, entre otros reveladores estudios, a uno elaborado por su padre. Otro apunte: detestaba las figuras de pequeño tamaño.