El Museo del Prado recupera la perspectiva de Goya
La pinacoteca exhibe los cartones del artista en unas salas remodeladas y con unas luces nuevas que permiten contemplarlos mejor.
Una parte de la pintura es luz. Y el Museo del Prado ha recurrido a una nueva, muy siglo XXI, la que emiten unos focos de tecnología Led, para volver a mostrar al público los cartones de Goya. La pinacoteca ha procedido a la renovación de varias salas con la intención de exhibir estos trabajos del artista bajo un nuevo planteamiento que resalte la importancia, los secretos y los detalles que oculta este conjunto, uno de los más importantes de la colección permanente. En un principio, lo que sería únicamente una iluminación práctica y renovada se ha revelado, una vez instalada, como una eficiente herramienta para enseñar al público los colores de estas piezas de una manera más exacta y realista, más próximos a los originales, a los que salieron de la paleta.
El director del museo, Miguel Zugaza, confesó que ha sido una enorme «sorpresa» ya que permite contemplar una obra con una mayor «profundidad». Durante la presentación, Zugaza se refirió a estos nuevos espacios y a su ordenamiento: «Es más generoso y destaca más los ejes de estas series». Y, a continuación, se refirió a ese «cinemascope» que es «La era», uno de los trabajos más grandes que acometió el pintor a lo largo de su vida y que no estuvo expuesto en «Goya en Madrid», una muestra que fue visitada por 630.000 personas y que planteaba una novedosa reinterpretación de estas composiciones que no fueron para el autor meros compromisos para realizar tapices destinados a los Sitios Reales, como han demostrado investigaciones recientes. La ordenación de los cartones respeta las cronologías hasta ese punto en que la fecha y las obligaciones de un museo se encuentran. En esa encrucijada se ha privilegiado la mirada del público sobre el orden que dan los años, para intentar acercar al espectador estas obras de la mejor manera posible. Para eso también se ha trabajado con la perspectiva, como prueba la colocación y el montaje, que permite observar las pinturas desde una oportuna distancia que las resalta. Para arropar a Goya se ha contado con otros maestros del siglo XVIII, como Bayeu, Maella, Carnicero, Prat y también se han incorporado piezas de Mengs. Como dijo David Hockney al contemplar este conjunto –según admitió ayer Manuela Mena– «pondría una tienda de campaña aquí durante semana».