El «seven» de los Pirineos
Jordi Llobregat regresa con una «rural noir» ambientado en el paisaje nevado francés
Jordi Llobregat regresa con una «rural noir» ambientado en el paisaje nevado francés.
Ya hace cinco años que Jordi Llobregat publicó su primera novela «El secreto de Vesalio» (2015), una relato neogótico ambientado en la Barcelona finisecular, con toques de «steampunk», un código misterioso, romance, aventuras detectivescas y el ritmo vértiginoso que acompaña a los folletines como «Los misterios de París», de Eugène de Sue. Tras el éxito de ventas y la traducción a dos docenas de idiomas, Jordi Llobregat parece decidido a combinar el folletín con la novela de intriga rural, tan de moda desde que Johan Theorin estableció en su cuarteto de Öland sus pautas: una isla o parajes aislados, una mirada infantil, resonancias mágicas, un criminal con un pasado en el Gulag y la rememoración de un pasado que vuelve envuelto en un siniestro relato de venganza y muerte. Dicho patrón está plenamente consolidado en la intriga rural y su mejor cultivadora en España es Dolores Redondo con su trilogía del Baztán. Pasos que sigue Jordi Llobregat con «No hay luz bajo la nieve». Una vez impuesta la moda es difícil sustraerse a su influjo. Los Pirineos de la Seo de Urgel son un desolado y claustofóbico valle nevado que Llobregat utiliza como espacio fronterizo con Francia, en donde aparecen una serie de cuerpos salvajemente asesinados.
Como en la serie sueca «Bron» (El puente) se establece una colaboración entre ambas policías. Lo que parece un relato policial se va oscureciendo con mansiones decadentes y fábricas cerradas en lo alto de las montañas que remiten al mundo neogótico del folletín, que es donde el autor se mueve a sus anchas. Nunca ha ocultado éste su pasión por la literatura popular que avanza retrocediendo para tomar nuevo impulso. Se trata de combinar con más o menos pericia estilemas prestados de otras obras para componer la propia, con homenajes y referencias a los clásicos. Un buen ejemplo es el personaje de la mujer enferma de porfiria. Béatrice vive aislada de la luz solar en una vieja mansión y cuida de sus flores en un invernadero que recuerda al Chandler de «El sueño eterno».
Una derrota ganadora
Siendo numerosas las referencias a otras novelas, lo cierto es que, en lo fundamental, a su autor le pierde el folletín: una intriga rocambolesca, asesinos crueles al estilo «Seven» y una detective, la subinspectora de homicidios Alex Serra, que no desmerece de similares heroínas, cuyas características son su irascibilidad, un trastorno psicológico que la tortura y un trauma infantil que la culpabiliza. Llobregat es un excelente narrador y sigue el patrón de dos narraciones: el pasado en primera persona y el presente en tercera. Combina diversas subtramas de distintas épocas y lugares que confluyen en esa vieja fábrica de los Pirineos. Los personajes son tan sencillos como el estilo narrativo que utiliza para seducir al lector, conducirlo sin resistencia a los puntos de acción y dosificar el suspense que va creciendo con giros y sorpresas que descolocan placenteramente al lector. Una derrota ganadora infalible.
sobre el autor
Jordi Llobregat (Valencia, 1971) triunfó con la excelente «El secreto de Vesalio» y ahora vuelve con un «rural noir» ambientado en los Pirineos
ideal para...
lectores que siguen a Llobregat y los seguidores de la Trilogía del Baztan de Dolores Redondo
un defecto
Algunos excesos del folletín y escribir los topónimos catalanes en vez de los españoles, como Girona o La Seu d´Urgell
una virtud
La sencillez del autor en la prosa para contar tremendas historias heredadas del drama y el thriller
puntuación
8
«No hay luz bajo la nieve»
Jordi Llobregat
DESTINO
552 páginas
20,50 euros