El singular universo de Miró hipnotiza a Buenos Aires
El Museo Reina Sofía lleva a la capital argentina 50 obras de la última etapa del genial pintor surrealista gracias al patrocinio de Abertis.
El Museo Reina Sofía lleva a la capital argentina 50 obras de la última etapa del genial pintor surrealista gracias al patrocinio de Abertis.
Pocos artistas tienen un lenguaje tan universalmente reconocido como Joan Miró. Su paleta de colores, su simplicidad en las formas, su claridad en los volúmenes, su mágico trazado hacen que sea tan reconocible como inimitable. El célebre dicho, «esto lo pinta hasta un niño», que muchas veces se ha dicho para menospreciar el talento del pintor surrealista tiene una parte de verdad. Su libertad, su composición, su gestualidad, sus colores primarios, todo ello vuelve loco a los niños. Podría decirse casi que Miró no pinta como los niños, sino que los niños pintan como Miró. Ese es el alcance de su persuasión y su talento único, y esto es lo que se puede ver sin lugar a dudas en la última gran exposición que se le dedica a su persona.
El Museo Reina Sofía, gracias al patrocinio de Abertis, a través de sus compañías en Argentina, Autopistas del Sol y Grupo Concesionario del Oeste, acaba de llevar a Buenos Aires la exposición «Miró: La experiencia de mirar», una excelente muestra que reúne lo mejor de la última etapa del genio surrealista. En total se pueden ver hasta 50 piezas de las últimas dos décadas de la vida del maestro. En concreto, los visitantes a la muestra pueden dejarse llevar por el mágico universo mironiano a través de 18 pinturas, 6 dibujos y 26 esculturas. Complementan el listado dos películas: «Miró l’altre» («Miró, el otro», 1969), de Pere Portabella; y «Miró Parla» (“Miró habla”, 1974).
La exposición presenta un conjunto de obras que muestran cómo en los últimos años de su vida, el artista se enfrentó a su obra con la voluntad de explorar todas las capacidades del lenguaje plástico que había construido en los años centrales de la vanguardia histórica de París. Más allá de tener un carácter revisionista, la intención del maestro parecía ser más abrir por dentro su arte, descubrir su esencia y destilar la belleza última de su legado. ¿El último Miró es el mejor Miró? La muestra no llega a esta conclusión reduccionista, sino que afirma que el último Miró es tan o más importante para la historia del arte que el primero o el de cualquier estapa vital.
En realidad, la etapa tardía permanecía hasta ahora en cierta medida algo diluída en el canon mironiano, eclipasada por la época de entreguerras y posguerras, simepre vistas por la crítica dominante como su gran «boom» creativo. La muestra no sólo corrige esta visión, sino que abre las claves propias de su última etapa y le dan valor por sí mismos. En definitiva, un artista con el pleno dominio de su talento puede que no tenga el desenfreno y la sorpresa del genio, pero sí la serenidad y la belleza del sabio. ¿Cuál es mejor? Por qué preferir, es ridículo.
Las pinturas, dibujos y esculturas que componen esta exposición representan significativamente esta obsesion, en el que se evidencia la ampliación del espacio pictórico en unos lienzos con signo caligráficos que alcanzan mayor intensidad con los mínimos recursos, y en donde subsiste también la presencia de una figuración de personajes míticos, tanto en el lenguaje tridimensional a partir del objetos, como en la intensa y misteriosa figuración pictórica.
Las constalaciones mironianas anunciaban una cosmogonía poética llena de belleza y esperanza. Esto se puede ver también en la exposición, que se podrá ver en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires hasta el 25 de febrero de 2018. Después, la muestra seguirá su camino por Sudamérica y llegará al Museo de Arte de Perú en marzo. Quien no se haya dejado seducir por la obra de MIró, se encontrará sin argumentos para no caer definitivamente en sus redes con esta exposición.
Compromiso cultural
La inauguración de la muestra se realizó a principios de esta semana, en un acto solemne que contó con la presencia de, entre otros, Pablo Avelluto, Ministro de Cultura de Argentina; Juliana Awada, primera dama de Argentina; Javier Sandomingo, embajador de España en Argentina; Ramón Puerta, embajador de Argentina en España; Andrés Barberis, Director de Autopistas Argentinas de Abertis; y Sergi Loughney, director de Relaciones Institucionales y de RSC de Abertis. La exposición muestra una vez más el compromiso de Abertis con la cultura. La compañía trabaja con las grandes instituciones culturales de los países en los que está presente con el objetivo de hacer accesible la cultura al gran público y acompañar a las Administraciones Públicas en este cometido. Además de Miró, Abertis ya abrió en América del Sur exposiciones dedicadas a Dalí y Picasso.