Enrique Maya: «Algunos se empeñan en convertirnos en Mordor»
No se considera «héroe» de la Pamplona que internacionalizó Hemingway. No le gusta correr, pero huye «de la gente que busca discrepar» y de la «mala fe». Pelotari, arquitecto, profesor, navarro nacido en Uruguay. Admira a las personas mayores de los pueblos, «gente que mira recto». Si se pierde, búsquenlo en el huerto de su padre, estará charlando con él.
Tiene un nieto de apenas semanas. ¿Le ha cantado ya lo de «no hay problema que no solucione Maya»?
Todavía no entiende mucho, pero se lo cantaré. Es una buena canción. Cuando se burlan de mí por lo de la abeja les he salido con ese estribillo.
Arquitecto... ¿Los cimientos de Navarra son seguros? Son seguros por encima de lo que pase políticamente, pero estamos en uno de esos momentos en los que igual hay que reforzarlos porque están siendo bastante atacados.
¿Qué le gustaría construir?
Yo soy funcionario del Ayuntamiento y tengo un poco la carencia de no haber hecho grandes proyectos arquitectónicos. Me gustaría construir algo en Pamplona relacionado con la Muralla.
¿En qué es la resistencia?
Ahora está muy complicado el gobierno, pero tenemos los ayuntamientos más difíciles de la comunidad foral. Un amigo me dijo que era «la resistencia de Navarra», aunque no soy muy consciente de serlo. Te vas convirtiendo en una referencia...
¿Navarra es ahora Mordor?
El otro día sí era Mordor, porque hubo una tromba de agua que parecía el fin del mundo. Pero Navarra es una comunidad luminosa con una calidad de vida estupenda, y algunos se empeñan en convertirnos en Mordor, pero no les vamos a dejar.
Coque Malla cantaba eso de «no hay manera». ¿A quién se lo dedicaría?
Básicamente, a los más radicales en Pamplona y en general. Por mucho que los ciudadanos expresan quién quiere que les gobierne, no hay manera de que algunos lo entiendan.
¿Quién es su reina y su bandera? Mi reina es mi familia, la que está siempre en el centro de gravedad de todo, sin ella no sería nada. Mi bandera, la honestidad. Y por poner una bandera más oficial, la de Navarra.
Vestido con chistera y chaqué en la procesión de San Fermín, ¿se puede pasar miedo? Miedo no paso. Hay momentos difíciles y es duro que en la procesión de tu ciudad siempre tengas en mente cómo vamos a acabar...
¿No le confundirían con el cobrador del frac?
Entiendo que algunos puedan hacer algunas caricaturas, porque es un poco fuera de moda. Pero la corporación iba así. No es ir vestido de banquero como dice Podemos, es vestirse de gala.
Con esa chistera, ¿cuánto tiene de mago?
Poco, esta tierra no es de mucha magia, es concreta, de ir al grano; enseguida te pillan el truco.
¿Cree en las brujas de Zugarramurdi?
Sí, además, mi mujer también es muy dada y en mi casa tenemos una en el cuarto de estar. No descarto que haya por ahí unos poderes especiales.
¿Haría concejal a Hemingway?
Igual sería un buen concejal de relaciones institucionales, cultura y comercio. Es interesante.
¿Qué es lo que resta en Navarra Suma?
De momento, está sumando mucho. Lo único que resta es la excusa del PSOE para decir que no pacta con nosotros porque está el PP.
¿Quién sería para usted un cabezudo como esos de Pamplona?Es un término que me resulta gracioso. Tengo fama de ser una persona de una cabeza grande y mi chistera es la mayor de toda la corporación. Mi familia me llama «cabezón» y me encanta porque es con lo que piensas. Si tengo más cerebro que la media, igual me viene bien.