¿Es falso el Manneken Pis?

La universidad Vrije de Bruselas estudia la autoría de la obra que

podría no datar de 1619

Uno de los mayores símbolos de la cultura popular belga y ansiado objeto de deseo por parte de los turistas que visitan Bruselas podría ser un fraude. Ésta es la sospecha de un grupo de investigadores de la universidad Vrije de Bruselas sobre el Manneken Pis, el icónico niño meón. Las dudas estriban en la autoría real de la escultura debido a los numerosos enigmas que rodean esta pieza de apenas 61 centímetros. Hasta ahora, se cree que la obra auténtica data del año 1619 y fue un encargo de la ciudad de Bruselas al escultor Jérôme Du Quesnoy. A pesar de diferentes avatares, esta pieza se habría conservado hasta nuestros días tras ser restaurada en el año 2003, en el museo del Ciudad de Bruselas.

Asimismo, hay una réplica en bronce dorado a pocos metros cerca de la Grande Place asediada por turistas de todas partes del mundo que a menudo se sienten defraudados por el pequeño tamaño de la escultura.

Muchos enigmas rodean a la obra. Se supone que la pieza considerada hasta ahora como auténtica fue rescatada en el año 1966 en el canal de Charleroi tras haberse dividido en dos partes. Como toda leyenda que se precie, las aventuras del pequeño Manneken no terminan aquí. La creencia popular asegura que fue víctima de un robo por parte de soldados ingleses en el año 1745 y por un convicto en1817. Según asegura el equipo de investigadores en un comunicado, los orígenes de este símbolo de la ciudad de Bruselas son brumosos y todo se complica debido a la existencia de copias muy similares por parte de contemporáneos de Du Quesnoy y de una réplica del siglo XVIII del escultor Gilles-Lambert Godecharle. La historiadora del arte Géraldine Patign está intentando desvelar este misterio con la ayuda de la tecnología, a costa de la posible destrucción un mito popular

Los investigadores de ingeniería electroquímica y de superficie de la universidad belga analizan ahora la composición del bronce de ambas partes de la estatua. Están estudiando la pieza con un espectroscopio de fluorescencia de rayos X, un aparato que permite comparar las composiciones químicas de ambas partes de la estatua .Si los resultados no son concluyente, se tomarán minúsculas muestras para realizar un análisis más minucioso que permita esclarecer la verdad.

Lo que quizás la ciencia no consiga desvelar es el origen de su fama ni su capacidad para convertirse en emblema de una ciudad. Las leyendas barajan diferentes hipótesis sobre a quién corresponde este niño que hace pis: desde el pequeño duque Godofredo III de Lovaina en el año 1142 que orinando sobre tropas enemigas consiguió ganar una batalla hasta un niño llamado Juliaanske que en el siglo XIV orinó sobre una mecha encendida cuando la ciudad de Bruselas estaba siendo sitiada en el siglo XIV.