«Esto no es un premio del cine, aquí te convocan para trabajar»
Manuel Gutiérrez Aragón, elegido académico por la Real Academia Española.
Estaba en Kiev, en un aeropuerto, después de asistir a un encuentro que se había celebrado sobre «El Quijote», cuando recibió la noticia: había sido elegido por la Real Academia Española para ocupar la silla «F», vacante desde el fallecimiento de José Luis Sampedro hace dos años. El realizador Manuel Gutiérrez Aragón, autor de filmes como «Sonámbulos», película con la que obtuvo la Concha de Plata al Mejor Director en el Festival de San Sebastián, y «Camada negra», cinta que le hizo ganar el Oso de Plata, recibía la noticia con agrado, mucha satisfacción, pero con cierto sentido del humor: «Esto no es un premio, como los que entregan en los festivales, que lo recoges y te vas a tu casa. Aquí te convocan para trabajar», asegura. Después no duda en señalar que «es un gran honor, la distinción más importante que he recibido en mi vida». Su candidatura fue respaldada por los escritores Luis Mateo Díez y José María Merino y el científico José Manuel Sánchez Ron. Era el único nombre que se proponía en la sesión plenaria que se celebraba ayer, y, aunque nada puede vaticinarse al cien por cien en las votaciones de la RAE, lo cierto es que contaba con muchas probabilidades de que saliera. Gutiérrez Aragón, que dejó de rodar películas hace siete años –«Ahora no tengo ningún proyecto, pero no se sabe bien qué puede ocurrir. En este trabajo no se puede decir nunca jamás»–, también ha abordado la creación desde la literatura, como demuestran sus dos libros, publicados en la editorial Anagrama: «La vida antes de marzo» (2009) y «Gloria mía» (2012). «Pero a mí no me han elegido como novelista, lo han hecho como representante del mundo del cine. Para mí resulta muy importante que las artes audiovisuales tengan un puesto en la Academia, que estén representadas ahí. Sobre todo ahora que están cambiando mucho. Es necesario que su voz esté ahí. Por eso me alegra mucho que me hayan elegido». Todavía no sabe las funciones que desempeñará cuando ingrese en la RAE, pero ya apunta un área: «Supongo que para revisar las entradas del diccionario relacionadas con el mundo cinematográfico. Hay muchos términos en inglés referidos a este campo que necesitarían incorporarse a nuestra lengua en español. Hay algunos que son muy difíciles, como «Script», que están muy difundidos, pero, en cambio, otros sí se pueden castellanizar». Aunque reconoce que el cine español daría para una conversación muy larga, Gutiérrez Aragón reconoce un hecho que se ha producido recientemente y que es de una enorme relevancia para su futuro: «El cine español se ha reconciliado con el público, aparte de su delicada situación económica o de las subvenciones, esto es esencial», concluye el director antes de coger un avión, «que me temo que no va a salir a su hora», asegura suspirando.