Herodes, en el Museo Israel
Bajo el título "Herodes el Grande: la travesía final del Rey", se inauguró esta semana en el Museo Israel de Jerusalén la primera exposición en el país dedicada a dicho monarca, una de las figuras más polémicas e influyentes de la historia del Imperio Romano y la antigua historia judía. El Director del Museo Israel, James Snyder, se declaró "orgulloso y emocionado"por el trabajo profesional de restauración y por el aporte que sostiene estar seguro tendrá la exposición para la comprensión "de un período crucial en la historia de la Tierra de Israel".
Aproximadamente 250 hallazgos arqueológicos de la cámara funeraria de Herodes, hallada en el desierto de Judea-concretamente en la zona conocida como Herodion- y en otros sitios cercanos, son expuestos al público tras un delicado proceso de restauración.
Entre los objetos, relacionados todos al reinado de Herodes entre los años 37 y 4 A.C., se destacan tres sarcófagos del mausoleo, frescos de Herodión , el cuarto de baño privado del Rey en uno de sus palacios y elementos de piedra tallada del sagrado Monte del Templo, que según los Curadores en el Museo Israel, jamás habían sido expuestos antes.
Un atractivo inevitable en la exposición, es la personalidad misma de Herodes, poderoso, creativo y al mismo tiempo odiado por muchos.
A menudo se destaca las imponentes obras arquitectónicas y hay hasta quien le llama "el mayor constructor de la historia humana". En Israel se recuerda especialmente que construyó el Segundo Templo sagrado-destruido luego en el 70 por el imperio Romano. Por otra parte , su accionar político, el haber mandado matar a su esposa y tres de sus hijos (al parecer por obsesivo temor a adversarios y rivales) y sus aires de grandeza, le ganaron no pocos enemigos. Quizás a ello se deba el que se la haya atribuido injustamente la matanza de los Santos Inocentes en Belén relatada en el Nuevo Testamento.
El Museo Israel informó que "la exposición examinará los destacables proyectos edilicios de Herodes, sus complejas relaciones diplomáticas con los emperadores y la nobleza romana, y la dramática procesión funeraria desde Jericó hasta el mausoleo que construyó para sí mismo en Herodión".
La impresionante reconstrucción de la cámara funeraria del mausoleo es la pieza central de la exposición.
El Profesor Ehud Netzer, hoy ya fallecido, arqueólogo que halló hace unos años la tumba de Herodes tras buscara durante cuatro décadas , contó en aquel momento en una rueda de prensa en la Universidad Hebrea de Jerusalén por qué sintió casi de inmediato que estaba realmente ante el sitio que tanto quería encontrar: no sólo por la grandeza del mausoleo en el que se hallaba ("una tumba propia de un Rey", había dicho), sino también por el estado del sarcófago principal, partido .
De acuerdo al historiador Josephus Flavius, de la era Romana, Herodion fue destruido por el Imperio Romano al sofocar la rebelión judía que había estallado cinco años antes. "Luego de la muerte de Herodes, en el primer siglo A.C, Herodion se convirtió en un baluarte de los rebeldes judíos contra el imperio Romano y el lugar sufrió serios daños en combate, antes de ser finalmente conquistado y destruido por las fuerzas romanas en el año 71, un año después de que destruyeran el Templo de Jerusalem"- escribió.
En opinión del Profesor Ehud Netzer, que analizó el sarcófago principal hallado en el mausoleo, los rebeldes consideraban a Herodes un títere de los Romanos, lo cual explicaría-según él- la gran cantidad de trozos en los que estaba partido el sarcófago. Netzer estimaba que los rebeldes que usaron el lugar, sabían que en el sarcófago se hallaban sus restos, y expresaron su ira contra Herodes, aún después de muerto, destruyendo el sarcófago mismo.
En el área de la tumba se halló un palacio fortificado y un complejo de esparcimiento con jardines, grandes piscinas, casas de baño decoradas y un teatro con palco real. Herodes preparó el complejo para su propia procesión fúnebre , construyendo un singular mausoleo que mira hacia Jerusalén.
Y ahora, por primera vez, la imponencia y las contradicciones de su reinado, son representadas en Jerusalén precisamente.