Jaime de los Santos: «De Madrid al cielo... pero que me espere muchos años»
Jaime de los Santos / Dtor. de Promoción Cultural de la Comunidad de Madrid.. Trabajador incansable, se ha volcado en esta edición de Madrid en Danza que ya ha arrancado
Trabajador incansable, se ha volcado en esta edición de Madrid en Danza que ya ha arrancado
De Madrid al cielo. Y bailando. Al menos, desde mañana hasta el 8 de diciembre. Durante las próximas tres semanas, la Comunidad albergará 18 espectáculos y 28 representaciones dentro de la XXXI Edición del Festival Internacional Madrid en Danza, que acogerá las más interesantes producciones nacionales e internacionales. Madrileños y visitantes podrán disfrutar de la Gala Nacho Duato, el Ballet de Rafael Aguilar o los bailarines Dorothée Gilbert y Mathiue Ganio en lugares tan emblemáticos como los Teatros del Canal, el Real Coliseo de Carlos III, el Teatro de La Abadía, la Sala Cuarta Pared o el Centro Comarcal de Humanidades Cardenal Gonzaga.
–Un festival que convertirá Madrid en el epicentro de la danza en España.
–Desde luego. La Comunidad se convierte en un referente y en un lugar para la reflexión sobre la danza, porque al cartel de compañías programadas se añade un proyecto en paralelo de clases magistrales y conferencias.
–Vamos, una ventana para asomarse a lo mejor de la coreografía nacional e internacional.
–Sin duda. La idea de la internacionalidad es una ventana a otras latitudes y a otras maneras de entender la danza.
–¿Cómo baila Madrid?
–Baila mucho, pero debería bailar más. La idea de la presidenta, Cristina Cifuentes, es apoyar una disciplina que por carecer de la palabra es absolutamente pura e intuitiva, y va a lo más visceral de cada uno de nosotros.
–¿Cuál sería su mejor pareja?
–La mejor compañera es Cifuentes. Después, Aída Gómez, la reconocida bailarina y coreógrafa que dirige este festival por segundo año consecutivo.
–¿A qué ritmo?
–(Risas) Madrid es un motor y un referente cultural en España. E incluso en Europa. Y más que lo va a ser. La Comunidad se hará indiscutible en el mundo de la danza, con una programación casi fija y con un centro Canal más potente, con presencia de compañías nacionales e internacionales.
–¿Y en el mundo?
–La comunidad tiene todas las características para ser un referente cultural en el mundo. Tiene los mejores museos, algunas de las mejores compañías teatrales de Occidente, un Teatro Real referente desde la perspectiva artística y de gestión, grandes actores, enormes escritores... Madrid es un referente de belleza. Su propia identidad está cargada de hitos monumentales.
–Ahora será una de las comunidades más bailarinas.
–Es la comunidad autónoma que más esfuerzos dedica al mundo de la danza. El carácter abierto de los madrileños hace que estemos dispuestos a bailar con cualquiera en igualdad de condiciones.
–No todo va a ser cuestión de chotis...
–El chotis forma parte del acervo cultural madrileño y europeo. Pero en Madrid hay hueco para el flamenco, para el clásico, para el neoclásico, para la danza contemporánea... Por eso representamos más del 50% del helecho cultural en España en cuanto a producciones.
–¿La danza derriba fronteras?
–Es capaz de derribarlo todo, porque es pura emoción. Cuando un bailarín se sube al escenario transmite sus sentimientos y, gracias a una técnica depurada, es capaz de convencer a casi todos de casi de cualquier cosa.
–¿Qué tiene la vida de coreografía?
–Una parte importante, pero hay que dejar hueco a la improvisación. Y es que en ese carácter improvisado está gran parte del éxito personal y la capacidad de hacer frente con buena energía a cualquier problema que pueda surgir a lo largo del día.
–¿Y si todos bailáramos un poco más?
–Estaríamos mucho más contentos y tendríamos más controladas las endorfinas. Bailar alegra la vida, pero ver a otros bailar bien nos hace más felices.
–¿Es mejor bailar solos o acompañados?
–Depende. Hay momentos para todo.
–¿Hasta qué punto apuesta Madrid por la cultura?
–Cifuentes tiene completa disposición hacia todo lo relacionado con la cultura. La apoya, sin ningún tipo de reservas, porque sabe que gracias a la cultura cualquier sociedad es mejor.
–Además, se trata de un interesante reclamo turístico.
–Madrid es un polo de atracción gracias a su cultura. En Gran Vía tenemos teatros con musicales inmejorables. La comunidad vibra todos los días durante 24 horas por sus museos y salas de exposiciones, que son un reclamo para los turistas.
–Que ahora se pondrán a bailar...
–Ya bailan. Madrid siempre es motivo de celebración, pero el festival permitirá que disfruten de lo mejor de la danza.
–¿Se imagina? ¿Todos bailando por las calles?
–Soy público cautivo de musicales. Alguna vez he soñado que lo que veo en «Los Miserables», «Chicago» o «Evita» se pueda trasladar a la vida real.
–¿Necesita un aire fresco la oferta cultural madrileña?
–Debe estar equilibrada. Ha de tener un aire freso, pero dejando hueco a propuestas tradicionales –como las casas natales de Lope de Vega o Miguel de Cervantes–, a las que desde la perspectiva de este siglo se les podría dar otro enfoque.
–¿Cuál sería el mejor soplo?
–La gala In Pulso, por ejemplo, dentro de Madrid en danza. Pone sobre la escena a seis compañías residentes en la comunidad que han sabido llegar a un proyecto común para presentar al público seis propuestas diferentes, pero totalmente hermanadas en este festival.
–¿De Madrid al cielo?
–Por supuesto. Pero, como dice la canción, que el cielo me espere muchos años. Todos los creadores madrileños y españoles que pasan por la región se merecen estar en un cielo lleno de estrellas.
–¿Por qué le veríamos bailar en público?
–Soy pudoroso, pero bailaría por una buena razón, por hacer de la región de Madrid un lugar más interesante desde el punto de vista cultural. Aunque creo que si bailara no beneficiaría. (Piensa) Bailaría por cualquiera que me lo pidiera si fuera por una razón importante.
–¿Y a la presidenta?
–Cristina Cifuentes bailaría por esta región. Por la cultura madrileña haría todo lo que fuese necesario.
El lector
Lee en internet todos los periódicos por las mañanas, mientras se prepara un té. Y cuando llega al despacho, ojea la versión impresa de las principales cabeceras, entre las que se encuentra LA RAZÓN. Licenciado en Historia del Arte, fue jefe de prensa en una agencia de comunicación.