La fábrica de tapices, pendiente de un hilo
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Los empleados de la institución privada, que convoca concurso de acreedores, hace meses que no cobran
Son alrededor de una cincuentena los trabajadores que cada día atraviesan la puerta del edificio de la Real Fábrica de Tapices, un colectivo sumamente especializado, porque su labor no la puede desarrollar cualquiera. Desde hace meses, siete exactamente, no cobran su salario. Decidieron tiempo atrás ponerse en huelga (duró un mes y cinco días) y como la situación no ha ido a mejor, ayer se declaró la Real Fábrica de Tapices en concurso de acreedores, que fue solicitado este lunes en una reunión del Patronato, tras agotarse todos los plazos legales para la resolución de la deuda que arrastra la Fundación y cuya cuantía no se ha hecho pública, aunque podría rebasar los seis millones de euros. Los trabajadores achacan la crisis «a una mala gestión y a la despreocupación de todas las entidades» que conforman el Patronato y no a falta de trabajo. «No entendemos una deuda de 6 millones de euros con 52 trabajadores. Las Administraciones han actuado de vergüenza», aseguran. Entre los encargos pendientes (los empleados hablan de la necesidad de aumentar la plantilla para poder hacer frente a su trabajo) figuran 39 reposteros (colgaduras ornamentales) del Ministerio de la Presidencia, alfombras para el emirato de Qatar, reproducción de tapices destrozados durante la II Guerra Mundial para el Palacio Real de Dresde y un tapiz de grandes dimensiones para un museo libanés.
Ante este delicado panorama, el Gobierno central, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital pusieron inmediatamente manos a la obra y aseguraron que realizarán aportaciones económicas adicionales para asegurar el pago a los trabajadores y la continuidad de la Real Fábrica de Tapices, cuya presidenta del patronato presentó su dimisión. Con esta declaración de buenas intenciones lo que se pretende es que «la gestión se encauce a través de un plan de viabilidad y que sea posible articular una línea de trabajo con las entidades bancarias para poder afrontar pagos», aseguraron desde el Ministerio a este diario. Precisamente, conocedores de la delicada situación se han mantenido las subvenciones nominativas para amortizar la deuda y dar funcionamiento a una institución cuyo producto es de enorme interés cultural. Se espera que antes de que acabe la semana se haya mantenido la reunión con los bancos «y que la gestión se encauce a través de un plan de viabilidad».