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La quinta búsqueda del cuerpo de Lorca

La Junta anunció ayer que investigará si es cierto que aparecieron una serie de restos humanos en 1986 en el parque que lleva el nombre del poeta en Alfacar, el lugar en el que en agosto de 1936 fue asesinado el autor de «Bodas de sangre»
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  • Víctor Fernández está en LA RAZÓN desde que publicó su primer artículo en diciembre de 1999. Periodista cultural y otras cosas en forma de libro, como comisario de exposiciones o editor de Lorca, Dalí, Pla, Machado o Hernández.

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La Junta anunció ayer que investigará si es cierto que aparecieron una serie de restos humanos en 1986 en el parque que lleva el nombre del poeta en Alfacar, el lugar en el que en agosto de 1936 fue asesinado el autor de «Bodas de sangre».
Habrá una nueva búsqueda. Ayer el vicepresidente de la Junta y consejero de la Presidencia, Administración Local y Memoria Democrática, Manuel Jiménez Barrios, anunció que la Junta de Andalucía retomará próximamente los trabajos para localizar en Alfacar (Granada) la fosa en la que podrían encontrarse los restos de un grupo de personas asesinadas en este lugar en agosto de 1936. Ellos eran los torerillos anarquistas Francisco Galadí Melgar y Joaquín Arcollas Cabezas, el maestro de escuela Dióscoro Galindo González y el poeta Federico García Lorca.
El pasado 20 de junio se reunió el Comité Técnico de Coordinación de la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía donde se evaluaron diferentes propuestas para apertura de fosas de la Guerra Civil en Andalucía. Fueron una treintena de peticiones, entre las que estaba una relacionada con el Parque Federico García Lorca de Alfacar (Granada). Es allí donde en 1986, mientras se realizaban las obras de construcción del recinto situado en el lugar en el que Lorca y sus compañeron fueron asesinados, aparecieron unos restos humanos. Estaban junto al famoso olivo, en la zona donde hoy hay una gran puerta metálica. En aquel momento, la cuadrilla que trabajaba como albañiles decidió ocultarlos en otro lugar del parque, donde hoy se encuentra una fuente.
Estos datos fueron expuestos por primera vez en 2008, cuando Antonio Ernesto Molina Linares, vicepresidente de la Diputación de Granada en 1986, y José Antonio Rodríguez Salas, guarda del parque en esa fecha, explicaron al diario «Ideal» que se habían movido restos humanos durante la citada construcción. Posteriormente, el autor de estas líneas pudo hablar con Rodríguez Salas quien le señaló el lugar exacto al que se habían trasladado esos restos. «Sí se encontraron varios restos humanos. Había cuatro cráneos y lo que quedaba de una muleta de madera. Desde el primer momento se tuvo el convencimiento de que era la tumba de Federico», dijo quien hoy es alcalde de Jun (Granada).
Con el paso del tiempo ha habido nuevos testimonios, como el de Manuel Valdivia Gómez, ex alcalde de Cogollos Vega, el pueblo del que procedía la cuadrilla que trabajó en el parque en 1986. Valdivia Gómez confesó que durante las obras no solamente aparecieron restos humanos cerca del olivo donde fueron asesinados Lorca, Dióscoro Galindo González, Francisco Galadí y Joaquín Arcollas. También se encontró lo poco que quedaba de una muleta de madera, es decir, se podría deducir que es la que habría usado el maestro de escuela Galindo. Todo el material fue metido en un saco y trasladado a un lugar que Valdivia Gómez no quiso revelar.
A todo esto se le ha sumado la labor científica de Luis Avial, responsable de la empresa internacional Falcon High Tech y una de las principales autoridades en georradar. A sus espaldas tiene éxitos como la localización de la tumba de Cervantes y decenas de fosas de la Guerra Civil. El pasado 4 de abril este diario publicaba los radiogramas realizados por Avial en la zona en la que se señaló que están enterrados los restos, apareciendo una señal que no parece corresponder con ninguna tubería ni ningún elemento interno vinculado con el funcionamiento de la fuente. Para Luis Avial es «indicativo de un saco con material osteológico». El georradar nos da más información y afirma que se encuentra enterrado a unos escasos 20 centímetros de la superficie de cemento. Incluso podemos saber que el saco podría tener unos 150 centímetros de largo.
Una investigación interna
Tras la publicación de nuestro reportaje comenzaron a aparecer nuevos datos. Uno de los más interesantes procede del citado Rodríguez Salas. Recientemente aseguró ante los micrófonos de Radio Granada que sí, que aparecieron los citados restos, pero la cosa no acaba ahí. En 1986, siempre según este testigo, se llevó a cabo una investigación interna en la Diputación de Granada para aclarar el suceso. De lo que se supo no hay constancia en ninguna parte porque no se llegó a redactar informe alguno sobre lo que era un escándalo.
Hace unos meses, quien esto escribe pudo hablar con el familiar de una de las personas asesinadas con Lorca en Alfacar en 1936. Cuando le conté el relato de los hechos sucedidos en 1986 explicó que «sí, lo más probable es que usted tenga razón». Tras unos segundos de silencio añadió que «si es que a mí hace unos años me llamaron para decirme “te debemos una explicación. Hace unos años encontramos los restos de tu familiar en el parque. Cuando quieras te llevamos y te señalamos dónde están”». Este testimonio comentó que la persona que lo telefoneó dijo ser alguien que había trabajado en la Diputación de Granada.
A raíz de todo esto, hace un par de meses se presentó un informe técnico ante la Junta de Andalucía en el que se solicitaba formalmente poder aclarar los sucesos de 1986. Encabezados por Nieves García Catalán, nieta de Dióscoro Galindo, la dirección de Memoria Histórica recibió la correspondiente documentación por parte de un equipo formado por, en la parte legal, Eduardo Ranz, el abogado que ha logrado la exhumación del Valle de los Caídos y que acaba de ser nombrado asesor en materia de Memoria Histórica del nuevo Gobierno; Luis Avial; el historiador Ian Gibson; el forense Francisco Etxeberría; el arqueólogo Óscar López y quien esto escribe.
Ahora sabemos, por las declaraciones realizadas ayer por el vicepresidente de la Junta,que en nuestro informe hay «motivos suficientes» para continuar un proceso administrativo que ya ha comenzado. En este sentido, Manuel Jiménez Barrios comentó que el dictamen aprobó iniciar los procedimientos que marca la ley sobre lo que calificó como «pretendida fosa de Alfacar».
El vicepresidente del Gobierno andaluz también subrayó que es importante que los trabajos los haga la Junta como garante de un proceso transparente y resaltó el compromiso por «volver a intentarlo» sin prescindir en ningún paso del rigor. «Ha habido intentos anteriores, ahora hay indicios que la comisión técnica considera acertados para comenzar la búsqueda», resumió el responsable de Memoria Democrática.
Debe tenerse en cuenta, tal y como indicó el vicepresidente, que está no será la búsqueda de Federico García Lorca porque «nadie la ha solicitado». Todo se centra en la citada petición de Nieves Álvarez, además de la que el pasado mes de mayo planteó formalmente CGT-A ante la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta. El citado sindicato señaló que Arcollas no tiene familia biológica conocida y se consideran por tanto sus «herederos ideológicos», tal y como manifestaron en 2009, cuando fue aceptada su personación en el caso durante la primera búsqueda en Alfacar de los restos de quienes fueron fusilados junto al poeta, que culminó sin éxito.
¿Estamos cerca de cerrar el caso? Probablemente sea la vez que se esté más cerca. El georradar de Luis Avial ha dado mucha información. Ahora sabemos que el saco que habría en la fuente se encuentra enterrado a unos escasos 20 centímentros de la superficie de cemento. Incluso podemos saber que esta bolsa podría tener unos 150 centímetros de largo.
Los próximos meses serán clave. Solamente con el respaldo institucional y contando con el apoyo de aquellos que han investigado con rigor este oscuro asunto podremos poner punto y final a un suceso que nunca debió pasar en 1986, en un parque de Alfacar.