Antes del horror
El legado literario de Irène Némirovsky parece no terminar jamás. Tantos años después de que fuera asesinada en Auschwitz, esta escritora nacida en Kiev en 1903, pero que llegó a París para quedarse en 1919, sigue tocando el corazón de sus lectores, ávidos de encontrar en sus novelas el retrato de una época: la del instante previo a que en Europa comenzara a propagarse el horror y el crimen. Publicada en el semanario «Gringoire» entre abril y junio de 1941 (un año antes de que Némirovsky fuera enviada al campo de concentración polaco) como la «Obra inédita de una mujer joven», pues así se eludía la imposición del Gobierno de Vichy, que prohibía a los judíos trabajar, «Los bienes de este mundo» muestra la disonancia entre el idílico universo burgués de la Francia de provincias de entonces y la inclemencia de una guerra que estaba a punto de desatarse a través de Pierre Hardelot, hijo de los propietarios de una fábrica de papel que desde hace generaciones abastece a media Europa, y Simone, una joven con la que, según los planes familiares (dictados por su abuelo), él debe casarse. Pero Pierre tiene sin embargo, otros. Marcharse con Agnès, una mujer sin dote y de la que se ha enamorado, y casarse con ella en París. Algo demasiado escandaloso para una familia acostumbrada a un futuro afortunado, sin prisas, y cuyo desmoronamiento Irène Némirovsky, en esta historia de amor, traición y amargura, presagia con sumo cuidado y lucidez.