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Atrapado en la tela de La Araña

larazon

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Cuando el protagonista de esta espléndida novela se despierta tras darse un golpe en la cabeza descubre que su memoria ha borrado los últimos años de su vida, pero recuerda con nitidez lo sucedido mucho tiempo atrás. Decide entonces volver a La Araña, el lugar de su infancia, un barrio de una ciudad del sur donde conviven los vivos y los muertos atrapados en el mismo humo asfixiante y gris de la cementera que lo envuelve todo y crea una atmósfera de irrealidad que se ajusta a la perfección con las brumas en que se mueve la memoria cuando intenta recomponer un pasado lleno de fantasmas. Un premio de la lotería ganado por el padre propicia un viaje a Nueva York; allí recibe el mensaje de que su mejor amigo acaba de morir y mientras contempla a un funambulista que atraviesa el vacío entre las Torres Gemelas, uno de los mejores episodios de la obra, comprende que su vida estará siempre marcada por la muerte, más exactamente por el miedo a la muerte.
Amor en silencio
La galería de personajes es magnífica: la madre que arrastra en silencio una gran historia de amor; el Polaco, un fugitivo escondido en un sótano por un crimen que no ha cometido Javier Cisneros, el gran amigo del padre al que ama con una especial intensidad el Club de los Dedos Amarillos, fumadores compulsivos amantes de historias de guerras y exterminios, y otros secundarios que en su momento desvelarán una historia personal que los hace inolvidables. El libro transcurre en la posguerra, aquella etapa oscura y vigilada en la que los sótanos no sólo escondían fugitivos, también sueños y deseos y, a veces, como en este caso, un cadáver cuyo recuerdo marcará para siempre a los que viven encima.
Fundamental el cine, las películas que sirven para evadirse de la realidad aunque se utilicen para volver a ella a través de los diálogos de las estrellas, las que dan nombre al cuarto donde se recluye el padre. Allí se habla, entre otras, de «El hombre menguante», «Tarántula» y, cómo no, de «Solo ante el peligro». Películas que servían no sólo para distraerse sino para que cada uno intentara imaginarse mejor de lo que era, más fuerte, más atractivo, pero sobre todo más valiente. En resumen, una novela transitada por la muerte, el miedo, los sueños frustrados y esos misterios que obligan a remar de espaldas al futuro.