Benjamin Lacombe revive a la María Antonieta más sublime
La víctima más famosa de la guillotina recobra vida en el libro ilustrado "María Antonieta. Diario secreto de una reina", obra escrita y dibujada en primera persona por Benjamin Lacombe, quien reconoce que se trata de un personaje que le "rondaba por la cabeza"desde niño.
María Antonieta llegó a su vida, según ha confesado a Efe, cuando en su infancia la vio en un libro de texto del colegio que recogía el famoso retrato que le hizo junto a sus hijos la pintora oficial de la corte francesa de Luis XVI, Vigèe Lebrund; y, desde entonces, la monarca le "rondaba por la cabeza".
Pero para hacer esta obra, publicada en España por Edelvives y que llegará a Latinoamérica el próximo año, Lacombe (París, 1982) ha dejado volar con "libertad"su pincel, pero ha trabajado con "cautela"junto a la historiadora Cècile Berly para abordar el diario de una María Antonieta que fue "frívola"en sus inicios y "reina con mayúscula"tras su maternidad.
En este sentido, ambos han trabajado con las cartas personales que María Teresa de Austria le escribía a su hija, y las que se intercambiaba con su amante Axel de Fersen; así como con la obra del biógrafo Stefan Zweig.
"La parte de la escritura ha sido un proyecto muy complejo porque había que recrear la terminología y la forma del escribir del siglo XVIII y ahí he tenido la ayuda de Berly, que me ha ayudado con los detalles para no cometer ningún error de carácter histórico", cuenta Lacombe consciente de que se ha metido hasta el fondo en la vida de una mujer que forma parte del "bagaje cultural"de los franceses.
En cuanto a la parte ilustrativa, el dibujante parisino ha desplegado esa magia que ha cautivado a medio mundo a través de personajes de grandes ojos, bocas pequeñas y gestos evocadores y melancólicos.
Y lo ha hecho con un personaje sobre el que, según bromea, no tenía "ni fotos, ni vídeos". "Pero -matiza- es la mujer más retratada de su época, así que he podido recurrir a numerosos testimonios que le han ido reflejando, incluso hay muchas esculturas".
Acogido en Francia de manera "extraordinaria", según confiesa con una gran sonrisa, "María Antonieta. Diario secreto de una reina"ha supuesto también para Lacombe un aprendizaje desde el punto de vista gráfico ya que ha tenido que estudiar con esmero la pintura del s.XVIII de pintores como Fragonard.
"De ellos de me ha quedado -exclama- toda esa expresividad tan colorida, esos trazos y, sobre todo, el ser minuciosos en una parte de la obra y en otras partes hacer trazos más ligeros y desenfadados".
Una manera de dibujar que hace que esta obra no sólo sea un despliegue de color, sino también un alarde de conocimiento sobre la forma de vestir, de peinarse o de qué comía y con qué se divertía esta reina que en su últimos días de vida sólo estuvo acompañada de un Carlino, una raza de perros que adoraba desde niña.
En este punto, en el del amor por los perros, es donde Lacombe encuentra una mayor "conexión"con la protagonista de su penúltima obra publicada (en Francia saldrá a la venta la próxima semana "Alicia").
Tanto es así que los lectores habituales de este autor buscan a su perros Virgil (un sharpei) y Lisbet (una carlino) entre las páginas de sus libros para saber si Lacombe se ha quedado satisfecho con la obra.
Aunque en esta ocasión Lisbet se encuentra por todas partes, ya que son muchas las ilustraciones en las que María Antonieta aparece con sus amigos más fieles (la historia se encargó de hacer ver que así fue), encontrar a Virgil en esta ocasión es más complicado: "!Un sharpei no era fácil esconderlo en Versalles!", expresa.
Lacombe ha conseguido con esta obra devolver la dignidad que esta reina perdió cuando el pueblo francés la sometió a un juicio "injusto"y, ni siquiera el final de su vida, se parece en este libro a la caricatura que el pintor Jaques Louis David esbozó de sus últimos momentos.
No se parece porque lo que toca Lacombe se convierte en bello, aunque, según concluye, este momento "terrible"para María Antonieta su país vive en una "sociedad libre y nada monárquica". EFE