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Corto Maltés ya tiene quien le escriba

Los españoles Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero recuperan al icónico personaje de Hugo Pratt en «Bajo el sol de la medianoche», una trepidante aventura situada en la helada América del Norte de 1915
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Los españoles Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero recuperan al icónico personaje de Hugo Pratt en «Bajo el sol de la medianoche», una trepidante aventura situada en la helada América del Norte de 1915
Los aventureros ya no son lo que eran. Antes eran personajes misteriosos, intrépidos, inteligentes, románticos, que miraban a la cara al peligro con los ojos fruncidos y los labios apretados y siempre se salían con la suya. Ahora, como máximo, son simpáticos, tienen un peinado gracioso y viajan al Amazonas con un famoso para grabar sus hazañas en un programa de televisión. ¿Dónde están hoy los viejos héroes? Todos han desaparecido... excepto uno, el gran Corto Maltés, el gran personaje creado por Hugo Pratt, que ahora renace de sus cenizas con un nuevo volumen de sus aventuras.
«Bajo el sol de medianoche» (Norma) es el nuevo título de un cómic que recupera al marino más famoso del mundo, y lo han creado dos ilustres veteranos del cómic español, Juan Díaz Canales en el guión y Rubén Pellejero en el dibujo. «Cuando Canales me habló de la posibilidad de continuar sus aventuras creía que era una broma. A partir de allí todo fue estupor, pero soy un seguidor de Corto Maltés desde sus inicios, en 1975, así que tiene mucho que ver conmigo y no lo vi imposible. Hicimos una prueba, más para nosotros mismos que para la editorial, y vimos que podíamos hacer justicia a la serie», afirma Pellejero, que ha conseguido seguir el trazo icónico de Pratt, pero dotarlo con una nueva vitalidad. «Claro que al principio impone respeto. No puedes simplemente copiarlo, porque le quitas vida, pero tampoco puedes hacer lo que te venga en gana, porque es un dibujo muy icónico. Aposté por mi forma natural de dibujo, no muy alejada de Pratt, lo que me permitía dar un nuevo dinamismo al personaje», asegura Pellejero.
La historia imaginada por Canales y Pellejero arranca en 1915, temporalmente justo cuando acaba «La balada del mar salado». Corto Maltés viaja a las heladas extensiones de América del Norte, siguiendo los pasos de su viejo amigo Jack London, que lo involucra en una loca aventura por los territorios explotados por la fiebre del oro en busca de un gran tesoro. La acción arranca desde la primera página y no se acaba hasta el fundido en negro final. «Por supuesto, releí todos los volúmenes para no entrar en contradicciones. La biografía del Corto Maltés es muy extensa y fija, pero hay muchos espacios en blanco en los que se puede jugar. Es en uno de ellos donde nos situamos. La época de la fiebre del oro siempre me ha fascinado y me encantó sumergirme en esa iconografía», señala Canales. Los creadores españoles han optado por apostar, sobre todo, por el lado más aventurero de las historias. «Pratt estuvo muy influenciado por escritores como Rudyard Kipling, Joseph Conrad o Robert Louis Stevenson. Cada volumen era diferente, había unos que eran más históricos, más políticos o más aventureros. Nosotros hemos potenciado esto último», dice Canales. Y vaya si lo han hecho, cada página es lo que los anglosajones denominan «page turner».
Eso sí, como hacía Pratt, la historia está repleta de personajes reales y situaciones históricas. Además de London, aparecerán Matthew Henson, que alcanzó el polo norte en 1909, el buscador de oro Klondike Joe Boyle, que llegó a ser amante de la reina María de Rumanía o la geisha defensora de los derechos de las mujeres Waka Yamada. «No somos tan sabios como Pratt, que tenía una biblioteca de 20.000 libros, pero hemos respetado esa conjunción de ficción y realidad porque abren el espectro y lo llevan más a tierra. Me he documentado mucho para conseguir que la fusión sea nítida, que no pese con muchos datos, sólo lo esencial. Eso sí, ahora mismo, lo único que necesitas para documentarte es una buena conexión a internet. Allí lo puedes encontrar todo», comenta Canales, Premio Nacional del Cómic por «Blacksad».
25 años sin historias
La última aventura del Corto Maltés fue en 1988 y la muerte de Pratt, en 1995, dejó huérfanos a muchos admiradores del personaje. Su relevancia como figura icónica del cómic no ha hecho más que crecer desde entonces, pero con una triste evidencia, son muchos los que conocen al personaje, pero son muchos menos los que han leído sus aventuras. El nuevo número seguro que abrirá la curiosidad para redescubrir los clásicos de Pratt. «Es un referente obligado para cualquier amante del cómic y si ayudamos a que se vuelva a leer, eso será lo más grande. Para mí, Corto Maltés es como un viejo amigo, de esos que quieres presentar a todo el mundo», afirma Canales.
El hecho de que la sucesión de Pratt se haya hecho en secreto les ha dado la libertad necesaria para trabajar con tranquilidad, sin el acoso de los integristas prattianos, que los hay. «No nos han intoxicado, lo que nos ha permitido trabajar con serenidad. Sabemos las expectativas que hay detrás de un cómic como éste. Sólo hay que ver el revuelo mediático que ha ocurrido. Ojalá todos los comics despertasen tanto interés», comenta Canales.
Los autores de las nuevas aventuras de Corto Maltés ya tienen en mente más heróicas peripecias del marinero, así que los amantes del icónico personaje están de enhorabuena. No quieren avanzar nada, pero aseguran que será tan trepidante como ésta. «Ya hemos empezado a trabajar en el volumen número trece. Nos hemos entendido muy bien y hemos trabajado, en el fondo, muy rápido, así que la química está ahí. Esperemos que los lectores respondan y que ni siquiera los integristas se sientan defraudados», concluye Canales. De momento, con «Bajo el sol de medianoche».

Entre el western y la quimera del oro

Otro de los protagonistas de «Bajo el sol de medianoche» es su localización, aquellos espacios nevados de America del Norte y los pueblos que los circundaban, de madera vieja y una única calle, muy al estilo «western». Conseguir que el dibujo fuese lo máximo de realista a un lugar y una época fue todo un reto. «Canales me llenó de fotos y documentación que me facilitaron mucho el trabajo y allí encontré el “look” perfecto para contar nuestra historia», comenta Pellejero. Desde los típicos buscadores de tesoros de «La quimera del oro» de Chaplin a la guardia montada del Canadá o los barcos a vapor típicos de «Tom Sawyer» y el Mississippi, pasando por indios u osos polares, todo cabe en esta trepidante aventura que conserva, por supuesta, la línea de cuatro viñetas en las que siempre se mantuvo Pratt. «Para ser nuestra primera aventura no queríamos hacer muchos cambios ni ser muy osados. Con recuperar y modernizar su esencia era suficiente», dice Canales.

Un trabajo irrenunciable

Hugo Pratt falleció el 20 de agosto de 1995, en Grandvaux, Suiza. De eso hace 20 años, un tiempo muy largo sin nuevas aventuras del Corto Maltés (abajo, dibujos de esta entrega junto a un boceto). Sin embargo, el dibujante nunca tuvo reparos en que otros retomasen su labor. «No me desagrada la idea de que alguien pueda algún día retomarlo», comentó en una de sus últimas entrevistas. Pues es día ya ha llegado. Patrizia Zanotti, directora de Cong S. A., sociedad titular de los derechos de Hugo Pratt, encontró en Juan Díaz Canales el candidato ideal para continuar sus aventuras. Éste, a su vez, no tuvo ninguna duda de quién sería el dibujante ideal, Rubén Pellejero, con un trazo similar a Pratt, del que reconoce influencias y un cuidado especial en la caracterización de los personajes y el cuidado de los fondos.